Carta Editorial

Estas son las historias de cuatro personas que se han unido a otras para reducir la brecha entre sus comunidades y las letras, el baile y el arte

Ellos vienen a ser como la imagen de esa flor que crece en una grieta del asfalto, y es con la que se ilustran la perseverancia y la esperanza por igual. En la edición de hoy presentamos cuatro historias de personas que han encontrado la manera de ver en las dificultades las rendijas por donde se puede hacer crecer algo bueno para la mayoría. Ellos son hijos de contextos marcados por la exclusión.

Esta palabra es la que no hay que olvidar. Excluir es mantener a un sector de la población alejado de los recursos necesarios para ejercer sus derechos. No es negar, por ejemplo, educación o salud, es colocarlos a una distancia (física o social) tan grande que sea imposible tomarlos.

Estas son las historias de cuatro personas que se han unido a otras para reducir la brecha entre sus comunidades y las letras, el baile, el escenario, el cine. Este es un esfuerzo enorme y maravilloso, no hay duda, pero también es necesario reconocer que es mucho trabajo para tan pocas manos.

En una sociedad más justa, en esa por la que todos deberíamos trabajar, las oportunidades de desarrollo deberían estar desbloqueadas para cualquiera. No es el caso de El Salvador, está claro. Pero en estas historias deberíamos saber reconocer el agrio sabor de la desigualdad y la culpa compartida.

Este es un país lleno de personas con talento y energía. Pero la mayoría está atada a contextos desfavorables en donde no hay tiempo para pensar en crear, cuando para lo que alcanza es para pensar solo en sobrevivir.
Acá está nuestra condena. Una de las consecuencias más terribles de la exclusión es que nos obliga a todos a permanecer estancados. Sin oportunidades equitativas, unos pocos no pueden vivir para siempre con privilegios, porque se van a acabar.

Nos ha tomado demasiado tiempo ver y entender que la única manera de avanzar es eliminando brechas absurdas en un país tan pequeño, tan rico, tan pobre y tan lleno al mismo tiempo. En estas páginas escritas por el periodista Stanley Luna hay gente que construye caminos cortos y transitables hacia el desarrollo.

Generic placeholder image
Séptimo Sentido

Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, críticas o sugerencias sobre cualquiera de los temas de la revista. Una selección de correos se publicará cada semana. Las cartas, en las que deberá constar quien es el autor, podrán ser editadas o abreviadas por razones de espacio o claridad.

ARTICULOS RELACIONADOS