Este año llegó como un huracán y nos golpeó la cotidianidad. Derrumbó certezas, nos enfrentó a situaciones sin precedentes y, sobre todo, nos obligó a hacer muchísimos cambios, personales y profesionales.
Carta Editorial
Es gratificante ver, ahora, todo lo que se alcanzó desde aquel primer número que salió en junio de 2008.
Estos domingos de cierre de ciclo, pese a la nostalgia que lo empapa todo, son para celebrar todos los pasos que se han dado en función de heredar a este país un mejor periodismo.
Perseguimos tanto la atemporalidad, que muchas de estas frases destacadas como homenaje a la memoria, no han perdido vigencia, pese a haber sido pronunciadas hace ya varios años.
Hemos escuchado a cinco mujeres cuyo trabajo en la comunidad es insustituible: Lucy Luna, de ASAPROSAR; Ana Castillo, de Soleterre; Carmen García, docente; Kara García, de Proyecto Red y ahora es el turno de Laura Arévalo, de Fundación Continúa.
Esta serie de entrevistas va dejando como fruto un mejor conocimiento del país que tenemos desde sus profundas desigualdades.
En esta serie de entrevistas con los trabajadores indispensables nos hemos acercado mucho a la situación, muchas veces precaria, en la que los docentes realizan su trabajo.
Ha ayudado a imprimir cientos de guías escolares para evitar que la falta de una página, o de cuatro o de diez, sea motivo para desertar.
Los niños acá han podido encontrar comida, un plato caliente que pasa a ser un factor importante, no se aprende cuando se tiene hambre.
Ella, su trabajo sin aspavientos, se han convertido en inspiración y modelo a seguir.