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Bibliotecas: expresión universal de la cultura

Las Bibliotecas Nacionales se convierten en acompañantes imprescindibles de desarrollo, brazo a abrazo con la humanidad.

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Las Bibliotecas Nacionales son entidades existentes en cada país del mundo, una por cada país, le importan dramas históricos sin divisiones políticas, ni sesgos ideológicos. Menos de una decena de países en el globo carecen de estas «catedrales del conocimiento», como le llamaron los egipcios; o «república de las letras», como dicen los chinos. Nosotros hemos retomado el concepto de «biblioteca en la calle», que implica salir de las paredes y del escritorio hacia los usuarios que lo necesitan. Son tradición de humanismo para el desarrollo humano.

En Nínive (Siria) se edifica la primera biblioteca organizada más reconocida, con obras en tabletas de arcilla de hace 2700 años. Y luego está la de Alejandría, (Egipto, 2300 años), ahora una de las más grandes y bellas del mundo. Esa perennidad es la función patrimonial que preserva valores de identidad, conocimiento, información documental.

Con estas características las Bibliotecas Nacionales se convierten en acompañantes imprescindibles de desarrollo, brazo a abrazo con la humanidad. Y vistas en la era tecnológica se agrega como fuente adicionada a la investigación científica. En fin, son colectivos de nacionalidad, que, articulada con otras instituciones, despliega políticas de lectura promoviendo el libro como eje transversal educativo. Este gran paisaje nos lleva a pensar que una biblioteca también alfabetiza en emociones, sensibiliza, crea socialización familiar; fuente inicial para recrear ideas, y contribuir al pensamiento crítico que incide en formar sujetos propositivos y creativos. Incide en crear sensibilidad y sociedad democrática y conviviente. Es referente nacional e internacional de la producción literaria y cultural de un país.

Estas ideas parecieran nuevas, sin embargo, en El Salvador ya lo dijo un visionario del desarrollo social y la economía. ¿Qué fines tienen el libro que cultiva valores en la comunidad? Alberto Masferrer responde en su obra «Leer y Escribir» (1915): «Crea un nivel de cultura que contribuye a la democratización, a la salud y al bienestar como realidad posible, (ofrece) una extensa comunicación mental que nos vincula». De otra manera «viviremos en la anarquía de ideas y aspiraciones cada quien por su lado, sin posibilidad de transformar la Nación». Noten como este visionario autor salvadoreño incluye desde aquellas épocas salud mental y control de las emociones con el libro y la lectura.

En el caso de una Biblioteca Nacional es algo mucho más que el repositorio de obras que ofrece al usuario. Significa comunicación que humaniza con su información. Entra en contacto con la vida y con los que viven en un entorno social sin exclusiones de ningún tipo.

Y para no quedar solo en palabras, en el caso nuestro, la Biblioteca Nacional recibe jóvenes que no llegan solo por un libro, o una publicación periódica; también buscan descubrir el significado de su máxima institución bibliográfica que ofrece un diálogo con los bibliotecarios para compartir historia y libertad de pensamiento.

Porque desde ABINIA-América Central se decidió contar con funciones adicionales como la Biblioteca Móvil, destinadas a las comunidades; la Sala Infantil; promoción de la lectura y libros; y diversas formas de extensión cultural. Ofrece también un servicio adicional al usuario que necesita el diálogo para resolver limitaciones y vacíos de conocimiento, no solo tener acceso a la obra analógica o digital. Y en el caso de los niños se debe ofrecer dinámicas lúdicas para empatía y vocación por el libro y la lectura.

Porque las bibliotecas no solo deben limitarse a entregar obras para leerlas o investigar. Sino convertirse en hacedores adicionales de una civilización edificante para fortalecer la mejoría intelectiva y social desde edades tempranas.

Aprovecho para citar ideas del filósofo y escritor español Fernando Savater, quien hace un planteamiento innovador sobre libros y bibliotecas: formar seres humanos completos, ofrecer una perpetuación humanística: «Nos hacemos humanos unos a otros, repartimos humanidad a nuestro alrededor y la recibimos de los demás». Porque la Nación no es definida «por la tierra o sus componentes naturales», también se construye «por un estado de derecho, por el respeto a una Carta Fundamental y a las leyes de un país».

De modo que debemos obligarnos a educar como si cada ciudadano pueda ser un futuro gobernante. Insiste: «La educación es lo que lucha contra esa fatalidad que hace que el pobre siempre tenga hijos pobres y que el ignorante siempre tenga hijos ignorantes». Savater habla de la educación por medio del libro: «La literatura como alegría y salvación en el arte de educar para multiplicar nuestra alma». Y continúa: «La persona que sabe leer, que se aficiona a la alegría de la lectura, tiene goces extraordinarios. El mundo está lleno de diversiones caras. Cuanto más inculta es una persona, más dinero necesita para pasar los fines de semana… (pero) la riqueza que nos dan los libros es real, duradera y limpia».

Estas ideas expuestas llevan a la necesidad de apropiarnos del concepto extenso de las bibliotecas: educan, recrean, transforman mentalidades para una sociedad emocionalmente pacífica, porque significa formar en inclusión, equidad, tolerancia, solidaridad social, ética política, honestidad, como prevención de la violencia. Por eso muchos países han hecho de las bibliotecas un espacio espectacular con arquitecturas asombrosas y similares contenidos.

Cito los ocho millones de libros de la actual biblioteca de Alejandría, fundada hace dos mil años. La Nacional de China, con 31 millones de ejemplares, la más grande de Asia, «una especie de sumun del conocimiento».

Las Bibliotecas Nacionales conservan el patrimonio bibliográfico como función estratégica formativa de civilización de lo cual se ha ido apropiando en el curso de los siglos. Tal las Nacionales de Taiwán, de Irlanda, Croacia, España. Las Reales de Dinamarca y Suecia. Todas con un sistema que aúnan investigación científica y bienestar social, catedrales y repúblicas del libro. Soporte humanístico para el desarrollo integral.

Son diferentes las Bibliotecas Públicas, orientada a las comunidades con lecturas y atención a la niñez. De estas conozco espectaculares como las de Nueva York, San Francisco, Estocolmo. Pero esto es tema aparte.

Nota.- Segunda parte y final del trabajo solicitado por «Journal of Science, Technology and Society«.

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