Palabra clave: caballo

Mi nombre es Omar Jarquín. Yo busco a David Alexánder Jarquín Pineda, mi hijo. Se fue en mayo de 2014, a los 24 años. Hoy tendría 29 cumplidos.

Fotografías de Ángel Gómez / Érica Chávez
Omar Jarquín

Mi nombre es Omar Jarquín. Yo busco a David Alexánder Jarquín Pineda, mi hijo. Se fue en mayo de 2014, a los 24 años. Hoy tendría 29 cumplidos. Era la segunda vez que se iba. Ya lo habían deportado de Estados Unidos.
Esa segunda vez, se nos ocurrió poner una clave para distinguir cuándo me estaba pidiendo dinero él o alguien más. Quedamos en que, en la plática, me iba a preguntar por el caballo.

Cuando estaba en un municipio que se llama algo así como Zapata, ahí en México, me habló y me dijo: “Papá necesito que me mandés unos $300”. Le dije que no tenía y le ofrecí $150. Me dijo “vaya, está bueno”. De ahí empezó el problema. Fui a dejar el dinero al banco en la mañana, ya en la tarde me estaba hablando el coyote: “Hola. ¿vos sos el papá del muchacho tal?” Y me decía que yo me había equivocado de nombre en el banco, que no podían sacar el dinero. A mi hijo el coyote salvadoreño con el que iba me lo dejó. Y para llevarlo hasta Reynosa, otras gentes le pedían otros $500. Le dije que se los iba a mandar.

Cuando ya estaba en Reynosa, fue que me llamó. Le pregunté que cómo estaban las cosas ahí, pero cuando le dije así, me acordé de preguntarle si ahí no había caballos. Me dijo “no papá, no te preocupés. Todo está tranquilo. Ya mañana me pasan para ir a otro lado y dentro de cinco días yo te hablo, cuando ya esté donde José”, que era el primo que lo iba a recibir en Estados Unidos.
Ya pasaron cinco años de eso.

Para que mi hijo viajara tuve que hipotecar una casa que se perdió, me deshice de una camioneta que se tenía. Presté dinero. El caso es que yo invertí de unos $8 a $10 mil y, al final, no es el dinero que se juega. Yo quisiera saber dónde está el muchacho.

Todo el que viene de Estados Unidos, viene contando grandezas, cuenta cosas bonitas. Pero no cuenta los problemas. El viajar de las personas es para buscar una mejoría. Es un sueño que se persigue, que en algún momento dado quiere apoyar a la familia.

Ahora, mi esperanza es la siguiente: mientras no me entreguen los restos de mi hijo, los huesos, yo lo voy a considerar vivo y lo voy a buscar vivo.

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