Café sin azúcar

Recuperando la conversación

En casa, en cenas familiares cada vez más tenemos distracciones en estímulos como los teléfonos y la televisión. En vez de todos estar en una conversación puede haber hasta siete o diez conversaciones ocurriendo al mismo tiempo.

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Economista salvadoreño radicado en Chicago, Estados Unidos

Seguramente todos hemos estado en una situación similar, estás intentando platicar con alguien y esa otra persona tiene su atención dividida entre tu conversación y su teléfono, a veces al punto de estar escribiendo y hablando al mismo tiempo. Cada vez más este comportamiento de tener nuestra atención dividida entre el mundo y una pantalla es más normal. En su libro «Reclaiming Conversation» (Algo así como «Recuperando la conversación», en español), Sherry Turkle escribe sobre el impacto que la hiper conectividad está teniendo en la formación y desarrollo de una generación entera que ha crecido con la tecnología.

Una de las observaciones que Turkle hace en su libro es que hoy en día, niños de 12 años se comportan socialmente como niños de 8 años al momento de interactuar unos con otros cuando están jugando. Son más propensos a hacer bullying en parte porque les es más difícil construir y practicar habilidades de empatía. Al tener conversaciones cara a cara, un niño puede ver la reacción de la otra persona al decirle un comentario grosero, y puede ver cómo lo que está diciendo puede lastimar a esa persona. Esto es mucho más difícil si se hace detrás de una pantalla, donde no se puede leer e interpretar el lenguaje corporal de otra persona. Además de esto Turkle también habla sobre como los niños están cada vez menos expuestos al aburrimiento y cómo esto tiene un efecto negativo en habilidades creativas y en desarrollar ansiedades en la vida.

Un segundo punto del libro es el impacto de la atención dividida en el desempeño laboral. Gran parte de la fuerza laboral ya es millennial, y poco a poco los centennials también se van insertando como fuerza productiva en la economía. En un ambiente profesional muchos se sienten orgullosos de poder hacer «multi-tasking», cambiando entre actividad y actividad con frecuencia. Pasamos de revisar nuestro correo, a contestar un mensaje, a trabajar en un reporte y así tenemos nuestra atención dividida entre muchas cosas a la vez, y aunque muchos sienten que así hacen más la realidad es que, entre tanta transición, se sacrifica tanto calidad de trabajo como cantidad de lo que se hace. De igual manera le huimos a las interacciones cara e incluso a llamadas telefónicas, en detrimento de la cohesión de equipos y la productividad.

Finalmente, esto también impacta nuestras relaciones personales con nuestra familia y amigos. En casa, en cenas familiares cada vez más tenemos distracciones en estímulos como los teléfonos y la televisión. En vez de todos estar en una conversación puede haber hasta siete o diez conversaciones ocurriendo al mismo tiempo. Cada vez menos se están teniendo conversaciones completas cara a cara, y cada vez más se recurre a los mensajes de texto para tener conversaciones difíciles para la resolución de conflictos. De nuevo, como en el ejemplo de los niños, esto dificulta el poder leer el lenguaje corporal de las personas y desarrollar empatía.

El libro tiene una variedad de ejemplos sustentados por estudios que se han hecho alrededor de estos comportamientos, estos tan solo son algunos de los ejemplos que se cubren. «Reclaiming Conversation» no está haciendo un argumento radical en el que nos sugiere separarnos de la tecnología completamente, por el contrario, sugiere que pongamos atención en cómo una herramienta puede tener repercusiones negativas y qué podemos hacer o cambiar para poder aprovecharla mejor sin sacrificar las habilidades sociales que construimos y desarrollamos al interactuar cara a cara.

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