De cuentos y cuentas

Nuevas formas de hacer las cosas

En poco más de un año, más de 80,000 personas han aprovechado esta plataforma, pero podrían ser muchas más. Se trata de un recurso gratuito, accesible y que se adapta a las necesidades de cada quien.

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Periodista

En pleno siglo XXI uno podría pensar que la transformación digital ya no es una necesidad, que es algo inherente al quehacer humano pues lo que antes denominábamos “nuevas tecnologías” son ahora parte del día a día.

Sin embargo, esta es una visión bastante alejada de la realidad, sobre todo en países como El Salvador, donde un 80 % de los hogares no cuenta con una computadora, una cantidad similar no tiene servicio de internet, y donde la pobreza —que muerde los talones de cerca de la mitad de la población— es en sí misma un obstáculo para el acceso a la educación y al desarrollo.

En este contexto, la pandemia del covid-19 se volvió un catalizador para que cientos de miles de personas dieran el paso: encerrados en los hogares, muchos trabajadores debieron adaptarse al teletrabajo, y mientras que para niños y jóvenes la continuidad educativa significó buscar la manera de conectarse a clases en línea.

Es también cierto que las tecnologías son herramientas que pueden ayudar a cerrar esas brechas de pobreza y falta de recursos y oportunidades que, en principio, limitan la transformación digital de las personas, de los hogares, de las sociedades, la cuestión es facilitar el acceso a estas a quienes por sus propios medios no podrían tenerlas.

Un caso ejemplar del que no se habla mucho es la plataforma Capacítate para el empleo, disponible en línea desde junio del año pasado, y que contiene cerca de 300 cursos en diferentes áreas del saber, desde estilismo hasta programación. No hay requisitos para inscribirse, los cursos son gratuitos, y se puede tener acceso a plataforma desde cualquier dispositivo con acceso a internet.
Los cursos son gratuitos. Adicionalmente, quienes completan el proceso pueden certificarse a través del Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (INSAFORP), también de forma gratuita, e incluir estas credenciales en sus hojas de vida.

En poco más de un año, más de 80,000 personas han aprovechado esta plataforma, pero podrían ser muchas más. Se trata de un recurso gratuito, accesible y que se adapta a las necesidades de cada quien. Al entrar a la página capacitateparaelempleo.org, se encuentra con que los cursos están agrupados según la visión que uno tenga: autoempleo, crear una empresa, acceder a un empleo en determinada área, ampliar un negocio, e incluso hay formación para empleados públicos.

La pandemia del covid-19 ha significado un boom en los sitios que ofrecen formación en línea, y en países como China la denominada nueva normalidad implica ahora una fusión entre las clases presenciales y las que se toman a distancia.

En El Salvador, la Fundación Gloria de Kriete, que desarrolla el programa Capacítate para el empleo, reporta que los jóvenes son los principales usuarios de la plataforma, pero también hay una mezcla importante de otros grupos de edad. Aunque poco menos de la mitad de quienes se han certificado son mujeres, sí reportan una buena presencia de ellas en carreras técnicas.

La formación en línea es un campo al que cada país ha incursionado a su propio ritmo. En lo que respecta a El Salvador, es innegable la presión que significó la pandemia y las medidas de contención aplicadas para tratar de reducir los contagios. Solo en Capacítate para el empleo aumentaron los usuarios un 86 %.

Los recursos en línea y las acciones para aumentar el acceso a estos, sin importar el nivel socioeconómico de la población, son un elemento fundamental para impulsar el desarrollo. La educación en su acepción tradicional se va quedando corta ante los nuevos retos y necesidades que se han enfrentado en contextos como el de la actual pandemia, y la transformación digital es una de las respuestas que han que fortalecer.

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