Árbol de fuego

Bukele versus Funes

Como cuando las cosas se ponían tensas en las cantinas de los pueblos. Cada quien se pelea por tirar la primera piedra e ir a destruir el rancho del otro.

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Periodista y comunicador institucional

Hubo un tiempo en que los dos compartieron la misma bandera política. Mauricio Funes era el presidente de la república por el Frente y Nayib Bukele había sido electo como alcalde de Nuevo Cuscatlán por la coalición del FMLN y Cambio Democrático. Era 2012 y nadie preveía el meteórico ascenso del alcalde Bukele. Mucho menos la enconada y pública disputa que sostendrían ambos en la actualidad. Ahora Nayib ocupando la silla presidencial y Funes nacionalizado como nicaragüense. Los giros de la política salvadoreña parecen tener mejores guionistas que los dramas más rebuscados de Netflix.

Mucho también se recicla. En julio de 2012, el mismo Funes inició una serie de programas sabatinos titulados «Conversando con el presidente». Una plataforma en la que ministros rendían cuentas a Funes sobre su trabajo, el mandatario les exigía y buscaba ser un medio directo con la población. Una plataforma que también utilizó para señalar a la oposición y convertirse en un «foro de denuncia de los hechos de corrupción imputables a los anteriores gobiernos de ARENA», como dijo el mismo Funes. Algo en esencia bastante similar –aunque con las obvias diferencias de cada medio– a lo que leemos en la cuenta de Twitter de Bukele.

En esta última red social, todo se ha convertido en un interminable hilo de acusaciones mutuas. De dimes y diretes que se refieren hasta a la vida personal de cada quien. Como cuando las cosas se ponían tensas en las cantinas de los pueblos. Cada quien se pelea por tirar la primera piedra e ir a destruir el rancho del otro. Lo cierto es que nunca se había hablado tanto de un nicaragüense en El Salvador. Aún más cuando se acorta el plazo impuesto, por el mismo Bukele, de que en sus primeros 100 días de gestión Funes estaría en El Salvador para enfrentar las acusaciones que le imputa la Fiscalía.

La FGR ha vuelto a la carga desnudando el suntuoso estilo de vida, que acusan, llevó Funes mientras fue presidente. Zapatos finos, gastos en mascotas y otros gustos más que hacen parte de una táctica fiscal que puede ser llamativa para los medios, pero que no queda claro si será estéril en los tribunales. Lo mismo hizo el anterior fiscal, Douglas Meléndez, y no pasó de eso. Más ahora, ante el nuevo escenario de Funes como ciudadano nicaragüense y ver si podrán encontrar una «estrategia legal», como han declarado, para traerlo al país.

Sería un fracaso que el expresidente Funes no responda por casos que han representado pérdidas millonarias para el Estado como el de la fallida represa El Chaparral, la compra de terrenos a sus allegados en el programa «Casa para todos», entre otros casos vinculados al grupo de «Los amigos de Mauricio», como se hicieron llamar en su momento. No se trata de pleitos vía Twitter o cualquier otra red social. De este modo, Funes, desde Nicaragua, siente que no tiene nada que perder y continúa alimentado la polémica.

El próximo 8 de septiembre se cumplen 100 días de la gestión de Bukele. Una buena parte de la población ahora cifra sus esperanzas en su administración, como en 2009 lo hizo con Funes. El poeta de la antigua Grecia, Píndaro, escribió alguna vez que los hombres son la sombra de un sueño. Se tendría que agregar que también pueden ser sombra de una pesadilla. Todo radica en las decisiones que tomen y sus prioridades.

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