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#YaVoyxTi

El mensaje central de esta vez es “ya voy por ti”. Ya voy a llevarte lo que necesitas, ya voy a apoyarte. Y en estos días, insisto, es un acto de conciencia cívica, humana, ética.

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Lexicógrafa y comunicadora digital

“Voluntarios en tiempos de emergencia”. Es uno de mis ejemplos favoritos para pensar en la innovación que podemos hacer como ciudadanía en esta emergencia sanitaria. Porque el ejercicio de la ciudadanía es cada vez más urgente: ante unos Estados que no siempre explican con claridad los pasos que estamos llevando a cabo como parte de las cuarentenas establecidas, la contraloría por parte nuestra es esencial. El equilibrio de los poderes debería potencializarse con la transparencia y rendición de cuentas que exige un Estado abierto.

Y en esa dinámica, la ciudadanía activa es imprescindible, y la innovación que puede promover se define también por su capacidad de incluir (o de acoger, más bien) a más personas: en este caso, para quienes están en situación de dependencia. Ahora vamos con dos casos.

El primero, cuya iniciativa da nombre a esta columna, está formado por un equipo multidisciplinario (cómo no) que a través de las tecnologías digitales coordina voluntarios para ayudar a quienes, por distintas razones, no pueden moverse de su casa. Se dan lineamientos de seguridad, de cómo cuidarse para no contagiarse y para no contagiar, pero que también garantiza que son personas que van a cumplir en esa rutina de ayuda (es decir, que no van a estafar a quienes necesitan el apoyo). Es un equipo que pone al común conocimientos de marketing, comunicaciones, diseño, soporte técnico, marcos legales y demás.

Toda la documentación de este y otros trece proyectos está disponible de manera pública en el apartado de Laboratorios Ciudadanos de Frena La Curva (www.frenalacurva.net), una plataforma ciudadana que canaliza y organiza la resiliencia cívica frente a la COVID 19, para complementar la respuesta de los Gobiernos y servicios públicos esenciales.

Esto ya está poniéndose en práctica en España, y articula esfuerzos de 16 países. Uno de los países ahí representados, Alemania, también cuenta con una hackatón virtual de ideas innovadoras para hacer frente a la COVID 19, organizada por el Gobierno: Karmakurier es el proyecto de Nelson Javier Mejía, salvadoreño, quien es uno de los 130 seleccionados (de 1,500) como idea innovadora. Un ingeniero en desarrollo de productos junto a un bioneurólogo (Andreas Chiocchetti) son apenas dos de las disciplinas que se unen para el desarrollo de esta idea, que se está concretando en una página web que permita apoyar a la tercera edad en los mandados que esta necesita durante la emergencia.

Jorge Rastrilla, de Empodera x los ODS (España), afirmaba hace cinco años que las tecnologías digitales eran una herramienta para que las personas pongamos al común nuestros talentos en función de proyectos colaborativos que mejoren la vida de todos en una sociedad, como una suerte de inteligencia colectiva (que también ya hemos reflexionado acá en varios momentos).

Ya en ese entonces lo nombraban “innovación ciudadana”, y era parte de los beneficios de una Sociedad del Conocimiento (reconocida por la Unesco en el 2005), que implica la producción de un conocimiento que será compartido y accesible para que toda la ciudadanía pueda acceder a él y, a través de él, mejorar las condiciones de vida de todos.

Por eso el mensaje central de esta vez es “ya voy por ti”. Ya voy a llevarte lo que necesitas, ya voy a apoyarte. Y en estos días, insisto, es un acto de conciencia cívica, humana, ética. Ocupar las tecnologías para mejorar e incidir en nuestro entorno inmediato es también ejercer nuestra ciudadanía digital. Unirnos (como personas particulares, ONG o colectivo, ayuntamiento o institución) a un esfuerzo como Frena La Curva es, además, ejercer nuestra ciudadanía digital en el mundo. ¿Nos sumamos?

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