#Redes Tecnopolíticas

El cuido de lo digital

No divulguemos algo que no venga de un medio de comunicación confiable o de una fuente oficial. Evitemos que el miedo y el pánico se viralicen. La enfermedad no se evita si acaparamos artículos de primera necesidad.

Imagen Autor
Lexicógrafa y comunicadora digital

Sí, estamos enfrentando una pandemia. Sí, debemos atender las medidas de higiene que decretan las autoridades de salud. Y podríamos agregar una más: cuidemos la información que divulgamos. Ya hemos puesto al común en este espacio la idea de la alfabetización informativa o digital, en donde la urgencia está puesta en aprender a distinguir cuál es aquella información que se vuelve una herramienta que nos permite actuar sobre el mundo. Creo que hoy toca volver a ponerlo en la discusión.

En WhatsApp circulan con facilidad audios, fotos y videos “de lo que ocurre” (sea eso que ocurre un asalto, una boda o el rumor del primer infectado de coronavirus en la ciudad en que vivimos). El asunto es cómo podemos verificar la información: ah, es que me lo mandó mi tía, y mi tía no me engañaría con esto… bueno, sin duda las tías son personas confiables, pero la cuestión es quién se lo mandó a nuestra tía primero. En estas redes, y me atrevo a pensar que en WhatsApp es más frecuente, solo presiono el botón de reenviar y la información va pasando de generación en generación en cinco minutos. ¿Y quién verificó que es cierto lo que ahí se dice?

Por eso vengo con dos sugerencias o peticiones específicas para estos días de cuarentenas y estados de excepción: la primera es que no divulguemos algo que no venga de un medio de comunicación confiable o de una fuente oficial. Evitemos que el miedo y el pánico se viralicen. La enfermedad no se evita si acaparamos artículos de primera necesidad, porque podemos contribuir a que estos no lleguen a quienes de verdad lo necesitan. ¿Para qué compartir imágenes de personas en cuarentena si no vamos a ayudar a que las autoridades realmente tomen cartas en el asunto? Compartamos solo si es parte de una denuncia. Sepamos distinguir, en medio del caos, si lo que vamos a publicar o a reenviar ayudará a alguien a tomar mejores decisiones o a evitar enfermarse.

Y la segunda es que compartamos, más bien, información que aporte al cuido de nuestros más pequeños o de nuestras personas amadas que están en la población más vulnerable. He visto en Twitter, por ejemplo, a personas compartiendo en documentos en PDF actividades que se pueden hacer con niños de entre 2 y 6 años con lo que se tiene en casa, por ejemplo. Sé de otras personas que a través de sus canales de Telegram o al crear nuevas carpetas de material compartido en Drive están poniendo al común libros que se pueden leer en estos días. Apoyemos también a las iniciativas ciudadanas (que también he visto en Twitter) que proponen crear centros de acopio y coordinar voluntarios para poder acuerpar a quienes nos necesitan.

Ocupemos, pues, estos días en reaprender a ocupar algunas herramientas digitales para informarnos con propiedad y para actuar de manera crítica y consciente. Dejemos unos minutos para reflexionar en lo individual y lo colectivo cómo podemos procurar que algunos de estos aprendizajes de trabajo remoto (o desde casa) se vuelvan más frecuentes. Que aprendamos a gestionar también nuestros aprendizajes con esta modalidad a distancia que muchos estamos profundizando a raíz de la coyuntura.

Que la alfabetización y lo tecnopolítico estén a favor nuestro en esta emergencia depende del uso que cada quien decida darle a estas redes. Así que ya saben: verifiquen los audios que mandan las tías, los papás, los colegas de la oficina; compartan maneras de cuidarnos y aprovechemos las redes para organizar ayuda a la población más vulnerable… y lavémonos bien las manos y limpiemos bien nuestros celulares. ¡Que todo sea leve y pase pronto!

Generic placeholder image
Séptimo Sentido

Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, críticas o sugerencias sobre cualquiera de los temas de la revista. Una selección de correos se publicará cada semana. Las cartas, en las que deberá constar quien es el autor, podrán ser editadas o abreviadas por razones de espacio o claridad.

ARTICULOS RELACIONADOS