El fuego de Hestia
La herida y la esperanza del 2020
Para sanar, considero que no hay otro camino que ir hacia adentro en un proceso individual que inevitablemente impacta al colectivo.
2020 no ha dejado piedra sin remover. Este tiempo, transformador y cuestionador, me ha dejado el regalo de participar en diversos círculos de mujeres en los que hemos conectado con las historias personales y las de quienes nos antecedieron.
El común denominador en las memorias de esas mujeres han sido hombres ausentes y en muchas ocasiones presentes, pero violentos y abusadores. Madres, múltiples hijos, hombres alcohólicos y frases como: “Me violó mi papá”, “abusó de mí mi tío”, “lo hizo mi abuelo”, “mi hija también fue víctima”, han sido la antesala para reconocer el dolor y romper el silencio que abre una puerta hacia la herida y la medicina que la acompaña.
Son mujeres que decidieron reconocer, valientemente, sus historias personales, familiares y colectivas para atravesar su herida, quemar el victimismo y dar paso a un poder real que nace dentro de ellas. Viven con autenticidad y consciencia.
“El amor es sólido” declara una. “Es lo que sostiene al mundo” enfatiza cuando discutimos cómo sanar, perdonar y continuar. Porque se requiere mucho amor para hurgar dentro y en el pasado.
El mundo evoluciona y nos impulsa. Y, de tiempo en tiempo, volvemos, consciente o inconscientemente, a la herida interna que sana lentamente.
Si somos conscientes observamos y sentimos la herida y, aunque duela física, emocional y espiritualmente, la sanidad llega con mayor fuerza en cada intento. Si no lo somos, observamos la vida a través de los ojos de la víctima que sufre sin entender que existen puertas que otras mujeres atravesaron y abrieron para ella.
Lo que escribo no es simple retórica.
La ciencia de la Epigenética ha demostrado cómo nuestras historias y las de nuestros ancestros son trasladas de generación en generación a través del ADN. Ese código heredado no solo determina el color de nuestros ojos y cabello, sino que también nos traduce las posibilidades y los traumas de quienes vivieron antes; así como nosotros lo haremos con quienes llegarán después.
Cuando deseamos realizar cambios y obtener resultados diferentes, es necesario enfocarnos y trabajar en dos ámbitos. El externo y el interno.
En lo externo, necesitamos establecer con claridad un objetivo y concretar un plan de acción para llegar a ese lugar deseado.
Pero el trabajo más relevante y desafiante se produce cuando intentamos ordenar nuestro mundo interior.
Ese proceso se complejiza porque no acostumbramos a observarnos con detenimiento y porque es más cómodo creer que son solo las circunstancias externas las que nos definen, colocándonos automáticamente en estado de víctima.
Y ese estado evita que asumamos la responsabilidad que nos corresponde, como adultos, para modificar una situación que no es placentera, adecuada o correcta.
Sin duda que las circunstancias externas inciden en las posibilidades de un individuo, sobre todo en un mundo en donde aún se clasifica a las personas a través de los lentes de clase, raza, género, religión y posición social, y donde la balanza tiene claras inclinaciones que favorecen a los privilegiados versus quienes nacen en la periferia del sistema que hoy por hoy rige al mundo.
Reconocer nuestras historias pasadas para inspirarnos con el sacrificio y el liderazgo, también implica confrontar las partes menos luminosas de quienes nos precedieron. Porque ocultar las historias personales y familiares por mantener una “imagen” de los ancestros, especialmente los hombres de la familia, “héroes y proveedores”, nos atasca en el presente y bloquea nuestro desarrollo futuro.
Para sanar, considero que no hay otro camino que ir hacia adentro en un proceso individual que inevitablemente impacta al colectivo.
Es a través de la consciencia plena de esas historias que logramos asumir la responsabilidad de nuestra vida y nuestra sanidad mental, emocional y espiritual. Y cuando lo hacemos nos regalamos una medicina para el presente e impactamos en la construcción del futuro.