Compañía Nacional de Danza no renueva contrato a bailarines por posturas políticas

Tres bailarines apoyaron pronunciamientos colectivos que exigían más apoyo al arte al gobierno actual. No fueron recontratados pese a mostrar el mejor desempeño dentro de la Compañía, de acuerdo con SICULTURA. Artistas independientes aseguran que cuestionar al Ministerio de Cultura significa dejar de recibir reconocimiento y apoyo.

La Compañía Nacional de Danza (CND) suspendió el contrato en 2020 a un bailarín por publicar «mensajes que criticaban al gobierno» en sus redes personales. Y en 2021 no les renovó el contrato a dos bailarines que «apoyaron manifestaciones y pronunciamientos de colectivos de artistas independientes», de acuerdo con el Sindicato de Trabajadores de Cultura (SICULTURA).

El 12 de enero de 2021, la actual directora de la CND Yasmín Hernández compartió, a través de un mensaje de WhatsApp, los nombres de los seis bailarines que formaban la Compañía hasta ese momento. Los bailarines mencionados por SICULTURA no aparecen en este listado. 

Los bailarines que se quedaron sin contrato para 2021 eran «de los mejores intérpretes» dentro de la actual compañía, de acuerdo con José Luna, representante de SICULTURA. «Es muy curioso que quienes han tenido mayor protagonismo en la mayoría de las obras no ganen las audiciones para formar parte de la misma», dice Luna a través de una llamada telefónica.

El colectivo de artistas independientes Nave Cine Metro lanzó, el 11 de mayo de 2020 y a través de sus redes sociales, un manifiesto de cuatro páginas firmado por representantes de nueve asociaciones artísticas que, entre otras cosas, pretendía solicitar al gobierno apoyo económico para los artistas en situación precaria a raíz del cierre obligatorio de espacios culturales por la pandemia de covid-19. 

La carta se titula «Frente a la crisis, también arte», y está dirigida al MICULTURA, a Suecy Callejas, ministra de cultura en ese entonces, y a la sociedad civil en general. Hasta el 25 de enero de 2021, otras 4,886 personas habían endosado apoyo, de forma digital, a la petición que quedó colgada en el sitio de recolección de firmas Change.org. 

«La mayoría de quienes firmamos esta carta no tiene como actividad económica única nuestro trabajo profesional como artistas, eso quiere decir que no hemos tenido un salario fijo en la última década, al menos no por nuestra profesión», se lee en el documento. Y agrega que muchos de los miembros del colectivo tienen, al menos, veinte años de dedicarse al trabajo artístico en el país. Entre los firmantes y quienes apoyaron la carta se encuentran artistas independientes, miembros de asociaciones culturales y los bailarines que formaron parte de la Compañía Nacional de Danza (CND).

En otro párrafo, la carta agrega que, para los artistas, «ser beneficiarios de los planes de reactivación económica es prioridad. Pero hay otra: ser solución». «Este manifiesto no pretendía decir que estábamos en contra del gobierno. Era un llamado a la anterior ministra (Callejas) a establecer un diálogo ante la crisis de los artistas por la pandemia», dice César Pineda, actor y maestro de teatro que firmó la carta en nombre de Escena X Teatro.

«No recibimos respuesta del MICULTURA, pero sé que la carta ocasionó molestia a la ministra de ese entonces», cuenta Egly Larreynaga, actriz de teatro y rostro principal del colectivo Nave Cine Metro. Por su parte, Alejandra Nolasco, actriz independiente y firmante de la carta, cuenta que “hubo rumores y cosas que parecieron sospechosas a partir de la publicación de la carta”. 

Y los “rumores” y las “cosas sospechosas” de las que habla son las denuncias del Sindicato de Trabajadores de Cultura (SICULTURA) respecto a irregularidades en el proceso de audición y selección de bailarines de la CND para 2021. «Si uno es mal pensado, relaciona estos hechos con los despidos de los bailarines», dice César Pineda.

Plazas por posturas políticas

El MICULTURA abrió la convocatoria a audiciones extraordinarias para la CND entre el 11 y el 16 de enero de 2021. Durante esta convocatoria se colocaron en concurso cinco plazas disponibles: tres para hombres y dos para mujeres. Según Luna, a los otros seis bailarines se les renovó el contrato a través de audiciones «internas» en las que influyó la ponderación de la directora Yasmín Hernández. «No son despidos como tal», agrega Luna, «los directores interfieren y acaban con contratos por cuestiones políticas». Dice, también, que esta directriz proviene de la Dirección Nacional de Artes.

El Manual de procesos y procedimientos del MICULTURA define la ruta que debe seguirse dentro de la CND al momento de realizar una audición. El documento delimita que el jurado evaluador «realiza la audición, delibera y selecciona el elenco con la aportación de opiniones del director de la Compañía», pero no menciona nada respecto a ponderaciones del director. «Es común que si un bailarín tiene actitudes retadoras o posturas políticas marcadas lo sacuden de la Compañía», agrega Luna. 

Cuando se intentó consultar sobre esta nueva modalidad de audición al Director Nacional de Artes, Salvador Vásquez, el despacho del funcionario pidió que se enviara un correo detallando la entrevista. No hubo respuesta. También se solicitó una entrevista a la directora Yasmin Hernández, quien ya había brindado declaraciones relacionadas con el elenco y otras generalidades de la CND  a través de mensajes instantáneos, sin embargo, alegó que no podía brindar más información, sin antes consultarlo con la Dirección Nacional de Artes.

Desde Nave Cine Metro, Alejandra Nolasco asegura que a los miembros del colectivo «no les parecería extraño» que, durante la gestión del actual gobierno, no se les tome en cuenta para ningún tipo de proyecto artístico o convocatoria a raíz del manifiesto publicado en mayo de 2020. «Es costumbre del ejecutivo: Nayib Bukele siempre ha menospreciado a quienes le cuestionan y le critican», dice Nolasco. También agrega que, a pesar de ello, «seguirán demandando sus derechos básicos».

La gestión de las puertas cerradas

Al preguntarle por el amparo de los sindicatos, Luna responde que los bailarines de la CND «son muy temerosos a afiliarse». Que no buscan represalias por la «inestabilidad laboral» a la que se enfrentan dentro de la Compañía. «Nosotros acompañamos, pero es necesario que estén afiliados a alguna base», dice Luna. Además, agrega que, dentro del MICULTURA «afiliarse a un sindicato significa desafiar la autoridad». 

El apartado de cultura en el Plan Cuscatlán del gobierno de Nayib Bukele cita el artículo 5 de la Ley de Cultura, una ley sin reglamento, para asegurar que el Estado debe garantizar el bienestar social de las personas y promover sus derechos culturales. «Pero, actualmente, el MICULTURA está dormido», dice César Pineda. Y es que artistas independientes no conocen la agenda de esta cartera de estado desde que la viceministra Mariemm Pleitéz asumió el rol de Suecy Callejas, quien renunció a su cargo como ministra de cultura en 2020 para buscar una diputación por San Salvador por el partido Nuevas Ideas en las elecciones del 28 de febrero de 2021. “Con Pleitéz no existe diálogo para avanzar o trabajar en la cultura del país”, dice el actor.

El plan Cuscatlán también propone una «reingeniería del Ministerio de Cultura». Según el documento, esto significaría «darle una nueva cara» al MICULTURA e «implementar políticas de diálogo con las personas y las comunidades». Esto último se define como una prioridad. Además, promete un ministerio «abierto y transparente» centrado en la gestión artística y cultural. Pero «es común que si un bailarín tiene actitudes retadoras o posturas políticas marcadas, lo sacuden de la Compañía o de otros elencos», dice Luna desde SICULTURA.

«El Estado ha hecho muy poco por el arte en general. Es caso ya perdido, pues», dice Egly Larreynaga desde Nave Cine Metro. Agrega que, como colectivo, reconocen algunos avances en materia de gestión cultural, como la creación de MICULTURA y la aprobación de la Ley de Cultura, pero, tal y como la carta señala «el sector artístico siempre ha funcionado desde la precariedad ocupando un lugar inferior en las prioridades de los gobiernos».

“Somos artistas y lo seguiremos siendo después de la pandemia”, reza el último párrafo de la carta “Frente a la crisis, también arte”. El colectivo Nave Cine Metro concluye que, a pesar de que la carta surgió durante la cuarentena y muchas exigencias se apegan a este contexto, continúan solicitando apoyo al MICULTURA y al gobierno como tal, aunque eso implique no ser llamados a convocatorias, que no se les tome en cuenta en proyectos o mesas de diálogo o “que se les cierren algunas puertas” dice Alejandra Nolasco. Y agrega: “Vivimos y seguimos haciendo nuestro trabajo asumiendo que no se nos tomaría en cuenta para nada más”.

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