Buzón

Los mismos representantes del pueblo que aprobaron la “Ley de Extinción de Dominio” hoy quieren retractarse de su decisión al intentar reformarla, piensan disfrazarla de severa pero sin dientes, con castigo pero sin decomiso o anular ambas cosas, a lo mejor la decretaron pensando sólo en los otros.

Ley inspirada por Pablo Escobar.

Cuando la ley estorba

Los mismos representantes del pueblo que aprobaron la “Ley de Extinción de Dominio” hoy quieren retractarse de su decisión al intentar reformarla, piensan disfrazarla de severa pero sin dientes, con castigo pero sin decomiso o anular ambas cosas, a lo mejor la decretaron pensando sólo en los otros. Estamos llenos de leyes alcahuetas que no se aplican y por contera ésta es para erradicar una peste tan arraigada con características de epidemia. Cuando la ley estorba es porque sirve de tropiezo en el camino de los que no hacen el bien. Un sistema legal robusto, eficiente y confiable es lo que nuestro país necesita, mostrar descontento por la parte medular de la norma jurídica en cuestión, incluso apoyada por algunos funcionarios que intentan aplicarla, es palmario impudor, los que ostentan cargos no son dechados de virtudes pero al menos la honradez debe prevalecer en funcionarios que lo son por su “moralidad e instrucción notoria” exigida en la Constitución; lo que está en juego es la honradez en su expresión más pura y la justicia aplicable a delincuentes en cargos, y la incipiente ley, ya es un suspiro para extirpar esa escoria que tanto mal ha causado a las finanzas nacionales; los países que encabezan altos índices en casi todo como los nórdicos, lo han logrado gracias a la aplicación de sus leyes vigorosas y estructuralmente aceptadas, pero si éstas son lenes, con penas cómodas y sin devolución de lo aprehendido es como alimentar la cultura de la corrupción que hoy ya es una tradición, lo que alienta atajos a los cleptómanos de carro, saco y corbata a cometer los ilícitos que ya sabemos que han ocurrido y se siguen indagando en nuestro abrumado país. La ley que comentamos de la investigación de Moisés Alvarado viene a ser el inicio de la cruzada para que los cleptómanos dejen en paz lo ajeno y erradicar los atracos a los erarios municipales y nacionales, la corrupción debe dejar de ser el buen negocio para algunos funcionarios, el pueblo merece vivir sin desconfianzas. A todas luces los artículos que se pretenden anular o reformar son la coraza que esperan los que tienen algún ilícito por haber hecho uso privado de lo público. Si se trata de ganar futuro y no permanecer atascados en el mismo barro, la ley debe ser implacable, imprescriptible, pues como dice una frase del reportaje: “Lo que tiene origen ilícito no se puede legitimar”. A última hora se supo que sí hicieron las reformas…

Julio Roberto Magaña
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Desperdicio

Muy interesante el artículo de Lucía Vásquez, del periódico La Nación de Costa Rica, en el que se habla de jóvenes que han formado un equipo para rescatar la comida que bien puede distribuirse a personas de bajos recursos que no pueden acceder a un plato diario de comida. El proyecto se llama “Proyecto plato lleno: la comida no se bota”. Al respecto quisiera agregar que en el libro “Despilfarro”, publicado por Oxfam, se recogen datos estremecedores sobre la distribución alimentaria así como fotos de algunos locales llenos de alimentos en perfecto estado, líneas enteras de supermercados, que se pueden encontrar en las calles de las ciudades del primer mundo. Pero el derroche se produce en toda la cadena alimentaria. Por ejemplo, entre el 20 y el 40% de las frutas y verduras en Europa son rechazadas antes de llegar a las tiendas porque son feas, ya que la Unión Europea tiene criterios de imagen para desechar la comida. Encima, estos criterios cosméticos ni siquiera garantizan su buen sabor (notemos que las frutas y verduras se botan porque son feas). La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), ha asegurado, según investigaciones, que hasta un tercio de de alimentos se estropean o se desperdician antes de ser consumidos por las personas, algo que es un exceso en una época en la que casi mil millones de personas pasan hambre, y representa una pérdida de mano de obra, energía, tierra, y otros insumos utilizados en la producción de alimentos. En una edición de la revista National Geographic pude leer que no menos de 1300 toneladas de comida van anualmente a la basura. Apuntó que dicha cifra es casi un tercio de los alimentos que se producen en todo el mundo y que nunca llegan a ser consumidos. Artículos periodísticos han apuntado que las decenas de millones de toneladas de alimentos despilfarrados en los países desarrollados cada año podrían alimentar a los 1,000 millones de personas que se van a la cama con hambre cada día. La paradoja es que, según la FAO, el planeta genera dos veces más alimentos de los que sus 7,000 millones de habitantes precisan para vivir, a pesar de lo cual 925 millones de personas se encontraban en hambre crónica en 2010.

Miguel Martínez
Miguelmar47yahoo.com

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