Carta Editorial

Lo más doloroso es darse cuenta de que todas nuestras normalidades han quedado afectadas por el abuso constante.

Desde afuera se distingue perfecto. Y desde esa postura es fácil reclamar a la víctima que por qué no hizo más por salirse y por dejar aquello que provoca daño en tantos niveles. Desde adentro, la categorización no sale tan fácil. Es complicado distinguir de cerca al monstruo. La violencia doméstica es más que todo eso, doméstica. Un asunto de puertas para adentro, de todos los días, que coloca sus raíces y se mimetiza con la rutina y que, en un país tan violento y violentado no es sencillo identificar como delito –con todas sus letras–, aunque nos golpee en la cara.

Antes de levantar cualquier tipo de crítica hacia las víctimas, es necesario acercarse a relatos, como estos que ha escrito la periodista Valeria Guzmán, en los que lo más doloroso es darse cuenta de que todas nuestras normalidades han quedado afectadas por el abuso constante. Esta es la voz de la mujer que ha sido criada en los golpes y no conoce otra vida fuera de eso. No fue educada para no querer a sus agresores. Porque sus agresores no han sido completos desconocidos en la calle; sus agresores han tenido con ella relaciones y vínculos directos de afecto. Comienza con un padre y continúa con las parejas.

Quienes nos cuentan sus vidas en esta ocasión ya son mujeres; pero no quiere decir que nuestras niñas no se estén criando de la misma manera. Nuestras niñas todavía crecen en hogares, escuelas, colonias, municipios, departamentos en donde la violencia es así: doméstica.

Queda tanto por hacer en esto de identificar al mal y a quien lo ejecuta. Algunas de las protagonistas de estos relatos todavía creen que quienes están equivocadas son ellas y no quien les pega y las insulta. Quedan tantas voces por alzar en función de educar para que quede claro que nada de lo que hace daño está bien o se puede tolerar. La violencia no puede seguir entendiéndose como algo íntimo que afecta a una persona. Es un problema de país.

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Séptimo Sentido

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