Por: Glenda Girón

Condadillo: “Sin las viviendas construidas, no nos movemos de aquí”

Condadillo es el segundo caserío de Conchagua que está dentro de los límites del diseño del Aeropuerto Internacional Del Pacífico. Más de 30 parcelas con viviendas serán afectadas si el proyecto se construye tal y como ha sido presentado por CEPA. En cada lote, hay de dos a tres hogares y unas 10 personas. Nadie sabe, aún, el lugar de reubicación.

Los trabajadores de la tierra a los que el aeropuerto desplazará

Las 30 familias del caserío Flor de Mangle, Conchagua, no tienen agua potable ni tuberías. La calle no está pavimentada y los accesos a salud y educación son muy limitados. En 20 años, esta zona no había recibido atención hasta ahora, cuando vehículos de instituciones gubernamentales transitan aquí con frecuencia. Este es el lugar elegido para construir el Aeropuerto del Pacífico. La comunidad, entonces, debe ser removida.

Gobierno proyecta nuevo aeropuerto en área que se inunda

El nuevo aeropuerto que CEPA proyecta en La Unión estará ubicado sobre una masa de agua subterránea. La zona, atravesada por cuatro ríos, es propensa a inundaciones, advierte el Ministerio del Medio Ambiente. En octubre del año pasado, esta cartera también señaló los riesgos y la amenaza que el proyecto supone al Estero El Tamarindo, Área Natural Protegida. pese a que hay una alternativa de ubicación, El proyecto continúa tal cual.

Los índices de trabajo infantil han aumentado tras la cuarentena

En la casa hogar del programa Ángeles Descalzos, los hijos de los vendedores del mercado Colón, en Santa Ana, encontraban una oportunidad para ser eso, niños. Desde marzo, está cerrado. Lucy Luna, directora ejecutiva de ASAPROSAR, la institución a cargo del programa, habla acerca de todas las estrategias que ejecutan para evitar que el trabajo infantil le siga ganando terreno a la educación.

“Yo andaba más protección que el médico que atendió a mi papi”

El Instituto salvadoreño del Seguro Social da cobertura en salud al 27 % de la población. Lo hace, en buena parte, con el dinero que aportan patronos y trabajadores. La pandemia ha colocado a la institución contra las cuerdas. Por un lado, el covid-19 aumentó de forma exponencial la demanda de atención médica y, por otro, la cuarentena redujo las actividades comerciales e industriales, lo que derivó en desempleo y menos cotizaciones. Este es el relato de una usuaria en un hospital en crisis.

Las casas a la orilla del río

Río Mar y Jute Esperanza son las dos comunidades de La Libertad que, según la alcaldía, más daños sufrieron durante las tormentas Amanda y Cristóbal. Ahí, no hay títulos de propiedad, lo más cercano es un permiso que extendió la municipalidad hace más de diez años, tiempo en el que los habitantes han sufrido tres inundaciones considerables. No ha habido, tampoco, planes de mitigación de riesgo o de reubicación que hayan ido más allá del anuncio. Las familias ya están buscando levantar sus ranchos en el mismo lugar y con las pocas láminas rescatadas de entre el lodo.