Cuando escribía sobre Sherill Hernández volvía a todos esos crímenes encubiertos por el estado de El Salvador.
Opinión desde allá
Con un golpe entre tantos, hay un pequeño avance; otra grieta en el hormigón. Mientras trabajo, estoy escuchando un libro en audio de Michael Singer llamado El alma sin ataduras. Allí, el autor analiza la inspiración y los momentos sublimados.
Los salvadoreños ya sabemos mucho del dolor de la polarización y, aunque la crítica y la oposición son sanas para el equilibrio de poderes, evitemos a toda costa el fanatismo.
Ahora pensemos en un tipo que no estudió porque no quiso, a pesar de tener todos los recursos disponibles para ello. Solo eso ya dice mucho del carácter y los valores de una persona.
La PNC se ha mantenido en los márgenes de los territorios, entrando a ellos para tomarse las fotos que luego suben a Twitter o para ejecutar acciones tendientes a mantener el estatus quo, ese en que las pandillas mantienen su calma unilateral.
Otros políticos hablan con cautela y prudencia, pero Andrew Cuomo habla claro, incluso cuando lo que dice es un ataque directo al Presidente; es admirable.
Esta crisis sanitaria no es una justificación para amenazar la institucionalidad nacional.
Preocuparse por la economía no significa dejar de lado el tema de salud, ni viceversa. No son temas mutuamente excluyentes. Son temas que deberían ir de la mano.
El cierre de fronteras era algo que había que hacer. Pero esa era solo la reacción inicial; vendría luego la parte más difícil de gobernar: ejecutar políticas públicas acordes al momento.
Es Totó que primero se fija en la actividad detrás de una cortina y revela que el Mago de Oz no es un mago sino un hombre común y corriente que no les puede salvar.