«Liderar una orquesta no había estado en mi lista de propósitos para el futuro»
Es el coordinador general de la Orquesta María de Baratta y exintegrante de la Orquesta Sinfónica Juvenil de El Salvador, donde por ocho años interpretó la viola. Este año viajó a Costa Rica para ser parte del Primer Simposio de Maestros, Músicos y Gestores Culturales de Iberoamérica, coordinado por la Universidad de Costa Rica. Ahí presentó su proyecto como sede para una red de iniciativas socio-musicales de la región.
¿Qué es lo difícil de hacer música en El Salvador?
En el sentido de tocar un instrumento, cantar o interpretar una serie de sonidos coordinados en el tiempo es relativamente fácil, lo difícil es llegar hasta allí y tener una audiencia que aprecie lo que estás haciendo.
¿Años atrás se veía formando una orquesta con personas de su generación?
Inicialmente, liderar una orquesta no había estado en mi lista de propósitos para el futuro.
¿Hay algo que de tener más/menos marcaría alguna diferencia en su vida?
Me encantaría tener mucho más tiempo para trabajar más por la música y seguir expandiendo el legado de nuestros artistas por todo el país.
¿Cree que es importante tener un empleo estable?
Por supuesto. Aunque todos tenemos sueños y metas por cumplir es importante tener una base firme y una fuente de ingresos para construir el camino hacia donde queremos llegar.
¿Su músico favorito?
El maestro Esteban Servellón.
Actualmente, ¿cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?
Dentro del contexto de la música creo que la virtud más sobrevalorada es el nivel técnico del músico.
Si pudiera, ¿qué cambiaría de su familia?
Su capacidad para cuestionar al mundo y detenerse a encontrar lo bello hasta en las cosas más pequeñas.