«Creo que somos almas que reencarnamos y que viajamos de vida en vida»
En 2015 fue parte del programa de canto «El número uno» El Salvador. Por hoy estudia canto y prepara un repertorio musical con una banda. También es propietario de la marca Chuncheritas, una pastelería que hace entregas a domicilio en San Salvador. Para prepararse en la cocina ha pasado por cursos en dos de los mejores institutos gastronómicos de Latinoamérica: Gato Dumas y Mariano Moreno, ambos argentinos con sede en Colombia.
¿Cómo le llenan sus pasiones: el canto y la cocina?
Mi satisfacción es poder crear, poder provocar sensaciones en la gente. Tanto la música como la cocina son artes que penetran en las personas y provocan reacciones.
¿Qué carrera o negocio consideraría si tuviera que comenzar otra vez?
Ya me tocó comenzar de nuevo. Me gradué de Mercadeo en la UCA y trabajé siete años en comunicación para el desarrollo, pero decidí dejar de lado eso y enfocarme en mis pasiones.
¿Qué figuras públicas son sus modelos? ¿Por qué?
Mon Laferte, porque ha logrado consolidar su proyecto artístico basado en su esencia como persona.
¿Sus chefs favoritos?
Antonio Bachour y Osvaldo Gross.
¿Cree en la inmortalidad del alma?
Sí, creo que somos almas que reencarnamos y que viajamos de vida en vida, aprendiendo en cada una lo que necesitamos para evolucionar.
¿Cuál es la manifestación más clara de la miseria?
La ceguera colectiva que la humanidad tiene respecto a la crisis climática y las consecuencias que esto está generando en la gente con menos recursos.
¿Qué persona viva le inspira más desprecio?
Ninguna. Lo que me inspira desprecio son algunas actitudes como la discriminación o la falta de respeto a lo diferente, a la diversidad y las minorías; las desigualdades y la falta de humanidad.