«A veces, es mejor callar y no hacer daño»

Nació en San Salvador, Francisco Erazo tiene 44 años de edad. Es hijo de madre mexicana y padre salvadoreño, doctor en medicina y con un máster en salud pública por la Universidad Nacional de El Salvador. Por 16 años se ha dedicado a la atención primaria en salud, investigación comunitaria y primera infancia, y al activismo pro derechos humanos y de la comunidad LGTIBQ+.

Imagen Entrevistado
Francisco Erazo

Si fuera a vivir su vida a tope, ¿de qué sería lo primero de lo que tendría que deshacerse?

Dejaría atrás una maleta llena de miedos. Miedo al que dirán, miedo al fracaso, miedo a cambiar.

¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta?

La felicidad perfecta es gozar la vida, quererse uno mismo y contar con un propósito para impactar la vida de otras personas; no condicionada por momentos, objetos y otras personas.

¿Cuál es su miedo más grande?

Mi miedo más grande es dejar de ser yo mismo para ser o comportarme como otros quieren que sea.

¿Qué es de lo que más se arrepiente?

De no haber estudiado Medicina Veterinaria. Aparte de la medicina para humanos, mi otra pasión era poder atender y curar animales.

Actualmente, ¿cuál considera que es la virtud más sobrevalorada?

La sinceridad. A veces, es mejor callar y no hacer daño. El silencio también es una forma de comunicarse.

¿Qué significa para usted la muerte?

Dejar nuestro cuerpo físico para trascender espiritualmente a una nueva etapa.

¿Qué no perdonaría?

Dejar de disfrutar la vida

Generic placeholder image
Séptimo Sentido

Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, críticas o sugerencias sobre cualquiera de los temas de la revista. Una selección de correos se publicará cada semana. Las cartas, en las que deberá constar quien es el autor, podrán ser editadas o abreviadas por razones de espacio o claridad.

ARTICULOS RELACIONADOS