David Escobar Galindo

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (236)

“Jamás me atrevería a insinuar semejante cosa”, dijo él en son de broma. “¡Ah, no, hoy te vas a animar a responsabilizarte de tus insinuaciones!” Y entonces se abrazaron, temblando de risa.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (235)

“Esperemos entonces a que amanezca para ver cómo reviven las ondas mentales”, dijo él. “Y que el metal radiante nos envuelva”, acotó ella. Y el Año Nuevo alzó los brazos hacia el horizonte.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (234)

El calorcito mutuo se hizo sentir. Tiempo después, ambos iban por la misma calle para agradecerle al frío.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (233)

Todo parecía exactamente igual a lo ocurrido por costumbre en aquella época del año, pero un curioso habitante emergía sin que nadie pareciera advertirlo.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (232)

Y en ese dilema estaban hasta que sus padres, en conjunto, les pusieron un ultimátum emocional: “O se deciden o se olvidan”. Y entonces asomó la solución intrépida: echar la suerte a cara o cruz.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (231)

Y en ese dilema estaban hasta que sus padres, en conjunto, les pusieron un ultimátum emocional: “O se deciden o se olvidan”. Y entonces asomó la solución intrépida: echar la suerte a cara o cruz.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (230)

Y en ese dilema estaban hasta que sus padres, en conjunto, les pusieron un ultimátum emocional: “O se deciden o se olvidan”. Y entonces asomó la solución intrépida: echar la suerte a cara o cruz.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (229)

Y en ese dilema estaban hasta que sus padres, en conjunto, les pusieron un ultimátum emocional: “O se deciden o se olvidan”. Y entonces asomó la solución intrépida: echar la suerte a cara o cruz.

LA OTRA ESPERA

Todos los tripulantes conocían su estilo, y después de asentir sin palabras esperaron órdenes; pero lo único que recibieron fue un gesto indicativo de que podían volver a sus respectivas labores.

ÁLBUM DE LIBÉLULAS (228)

La pregunta de siempre volvió a brotarle: “¿Y ahora para dónde cojo?” Se sentó en el borde de la acera y todos los que pasaban junto a él imaginaban de seguro que era un indigente. Y sin saberlo estaban en lo justo.