“La poesía debería ser regalada a los otros”
Es un poeta cubano y, además, químico de profesión. Recientemente visitó El Salvador para participar en el festival internacional de poesía Amada Libertad. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y dirige la casa editorial Ediciones La Luz, fundada en 1997.
¿Cuál ha sido su mayor atrevimiento en la vida?
Este de escribir poemas.
Cuáles son sus palabras recurrentes?
Casa, país, isla, madre, rosa.
¿Qué no perdonaría?
A los traidores.
Si pudiera cambiar un problema en el mundo, ¿cuál sería?
La violencia. Me llena el corazón de amargura cuando sé que hay personas temiendo por sus vidas o su integridad física o humana. Esa será siempre la mayor vergüenza de la mal llamada “civilización”. El miedo no deja crecer a los pueblos.
¿Cuáles son los temas recurrentes en su trabajo?
El amor, la muerte, la soledad; sobre ellos gira toda la creación humana.
¿Qué es lo más ilícito que ha hecho?
Cobrar por leer mis poemas. La poesía debería ser regalada a los otros como si estuviéramos agradecidos de un don. El poder de alcanzar a nombrar las cosas como si fuéramos Dios. Pero no solo de poesía vive el ser biológico, que también somos los poetas.
¿Cuáles son sus nombres favoritos?
Nancy y Luis.