Es preocupante lo gráficas que son muchas de esas amenazas, hechas por turbas cibernéticas que solo necesitan un empujoncito para inundar las secciones de comentarios.
Opinión
El jefe Seattle como Salarrué coinciden en su apreciación sobre el amor a la naturaleza, que ambos nominan Tierra.
Es difícil reinventarse cuando el sistema financiero local impone trámites excesivos, con la intención de controlar cualquier eventual forma de fraude.
Me recriminó diciéndome cómo era posible que un humanista, como yo, hablara de acostumbrarse a la muerte. Y quien me lo decía era alguien que había sufrido la dictadura sanguinaria de Pinochet.
Franz Kafka contrajo la gripe en 1918. Debió mantener cuarentena en la casa de sus padres (donde vivía), sufriendo fiebres de 40 grados.
No creímos en lo que estábamos viendo: fue triste en Ecuador y Perú, pero cerramos los ojos y la mente. Pese a las escenas apocalípticas.
Uno de nuestros principales errores es querer uniformar la experiencia humana. No entendemos que cada quien está viviendo este momento de la manera que mejor puede.
Aprendí una lección, como abogado sin abogar, sé que las leyes no bastan, ni los sagrados Acuerdos de Paz.
Ella viviría encerrada en un apartamento con su hijo. Él sería el único que tendría posibilidad de salir, debido a que las personas mayores de 45 años estarían vedadas de andar en la calle.
“Fue una noche terrible. Fui al cuartel policial, yo vivía en Santa Ana, y lloré con mis estudiantes”.