Una década, una despedida
Mi última invitación es a revisar hacia dónde se están movilizando las naciones más avanzadas: recuperación verde, infraestructuras sostenibles, energías limpias.
Mi última invitación es a revisar hacia dónde se están movilizando las naciones más avanzadas: recuperación verde, infraestructuras sostenibles, energías limpias.
Ese reportaje no ahondaba en las conexiones políticas de Los Perrones, pero ya establecía, a través del caso de un decomiso de lácteos en La Unión, las asociaciones entre los narcos y los policías.
El problema es que la democracia es muchas cosas, pero no es nada sin, por lo menos, el rechazo de la violencia.
Si uno pone suficiente atención, empieza a darse cuenta del maravilloso contraste que se forma entre la abundancia de las palmeras ondeantes, el verde de los árboles y la tímida cordillera.
Con un decreto ejecutivo, el número 221 de ese año, el gobierno metió a la PNC de forma irregular a 25 oficiales del ejército, incluido el director actual.
Desde el primer debate con Joe Biden, en el que exhibió su intemperancia, el lenguaje de Trump en encuentros con sus seguidores y entrevistas con los periodistas creció en belicosidad.
Es imposible comparar la redacción de una nueva constitución -que nadie pidió- en la oficina del vicepresidente, con la experiencia chilena; la que nació de una ciudadanía enfurecida, que exigió de manera bastante violenta un cambio estructural.
Trump, fiel a su guion de político matón que desprecia el conocimiento, minimizó la pandemia, trató de achacarla a un complot chino e incluso se burló de sus víctimas.
Si pienso en mi trabajo ideal, después de tanto leer, estudiar y analizar textos, me fascinaría ser cartero y caminar distancias entregando cartas como las de antes; sobres llenos de palabras y textos pero sin escribir, leer, ni analizarlas.
Durante el verano, la intensidad bajó, aunque un mensaje central se mantuvo en la agenda como la demanda más trascendental: una nueva constitución para Chile.