Reportaje especial

En medio de la pandemia, Sara busca a Miguel

Sara busca a su hijo, Miguel, desde el 9 de abril de 2020. La emergencia de salud por covid-19, según la madre, estancó la operatividad de entidades como la Policía Nacional Civil y la Fiscalía General de la República debido a que ninguna actuó con inmediatez. Pasó una noche para que las autoridades pusieran en marcha el Protocolo de Acción Urgente y Estrategia de Búsqueda (PAU) y transcurrió un mes para que la sede fiscal cumpliera con la fase inicial de recolección de información para abrir el expediente. De acuerdo con la Unidad Especializada de Personas Desaparecidas, durante la cuarentena domiciliar, las denuncias han disminuido en comparación a enero y febrero. Pasó de 198, a 93 casos en el mes mayo. A pesar de la baja, la efectividad para la localización de las víctimas ha sido del 54.79%.

Una casa, un trabajo, una enfermedad

Al menos el 90% de las personas diagnosticadas con Enfermedad Renal Crónica en Costa Rica se dializa en casa. El objetivo de todo el sistema sanitario es lograr que los hospitales no se saturen con gente que debe pasar en tratamiento depurador varias horas al día, y de tres a cuatro veces por semana. Esto obliga a construir o adecuar un cuarto estéril. La medida implica un gasto importante para familias que ya viven en la línea de la pobreza y a las que, además, esta enfermedad deja sin ingresos, ya que los ingenios, avalados por el gobierno, hacen pruebas de daño renal antes de contratar personas. Si encuentran resultados alterados, no las emplean. Los casos se concentran en una de las provincias con más peso agrícola: Guanacaste.

Los vecinos del Sur de Honduras tienen dañados los riñones

La costa centroamericana del Pacífico está plagada de comunidades en donde la gente vive marcada por la enfermedad renal crónica. A este diagnóstico numerosos estudios le han agregado dos palabras: no tradicional. Quiere decir que no está precedida por otras enfermedades de base y, además, aparece a edad más temprana. Los afectados coinciden en trabajar en actividades agrícolas y en residir como vecinos de cultivos masivos. Por esta enfermedad se muere gente pobre, con baja escolaridad y de zonas rurales. Es el primer capítulo de una serie de cinco que abordará el fenómeno en toda la región. Este es el de Honduras.