Bukele versus Funes
Como cuando las cosas se ponían tensas en las cantinas de los pueblos. Cada quien se pelea por tirar la primera piedra e ir a destruir el rancho del otro.
Como cuando las cosas se ponían tensas en las cantinas de los pueblos. Cada quien se pelea por tirar la primera piedra e ir a destruir el rancho del otro.
El embate natural también fue elemental para Arturo Ambrogi. En sus cuentos, describe fenómenos naturales y plagas devastadoras. En el texto “Cuando brama la barra”, el hijo de padre italiano y madre apopense presenta el drama de una inundación hasta las últimas consecuencias.
El presidente Bukele, tan dado a comunicar sus anécdotas de vida, debería de contar cómo nació la armoniosa relación con los otrora asesores del expresidente Saca.
No hubo ni una sola mención a El Chaparral en la presentación del informe “El Salvador productivo, educado y seguro 2014-2019” del presidente Sánchez Cerén. Un fracaso no solo de esta administración.
No es fácil mantenerse en la cima. Siempre en disputa del último tema en boga. Al final de cuentas, la comunicación sí es más horizontal que en el pasado.
A muchos les pareció molestar que quien hiciera la solicitud de perdón no fuera un indígena sino que una persona con apellidos españoles y hablando castellano. Alguien que le debe algo a la colonia.
Y así sigue siendo en muchos de nuestros pueblos, cuando un extraño llega a preguntar sobre cualquier tema, siempre lo llevan donde un viejo.
Ante este panorama, de entrada, hay que exigir más al nuevo inquilino de la Casa Presidencial. Dudar. Siempre dudar.
El caso es que Darío ahora está muerto y para mí su ausencia reitera la absurda presencia del ejército en al menos 25 puntos de la ciudad.
Una nueva campaña electoral es como darse un nuevo chapuzón en ese mismo río en el que nos hemos sumergido por las últimas décadas. Para mal, es una creación de nosotros mismos.