El fuego de Hestia

El tiempo de una emprendedora

La libertad viene paradójicamente vinculada a la responsabilidad y la consistencia; y estas últimas son imprescindibles en cualquier actividad en la vida que verdaderamente aspiremos a mantener en el tiempo.

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Coach en Comunicación Intuitiva

Noviembre de 2017 marca el quinto año de mi primer emprendimiento. Según las estadísticas, entre el 80 % y el 90 % de este tipo de experiencias fracasan durante los primeros cinco años debido a causas externas e internas relacionadas principalmente con la capacidad de gestión del negocio.
Dentro de las causas externas se encuentran, entre otras, las leyes, la falta de financiamiento y de apoyo de las instituciones, así como los impuestos excesivos. En las internas están las relacionadas con la empresa: las ventas, la producción, la planificación y el manejo de los estados mentales y emocionales para enfrentar los desafíos de quienes dirigen el negocio.

Aceptemos que los desafíos externos estarán siempre. Aunque tengamos 100 años de existencia, los problemas, las nuevas tecnologías, el hecho de que los consumidores sean cambiantes, la situación de inseguridad y la política influirán definitivamente en nuestros emprendimientos.

Sin embargo, luego de cinco años, llenos de desafíos como los anotados anteriormente, puedo señalar que la decisión de sacar adelante un negocio y de hacerlo exitoso depende, en buena medida, de lo que piensa, siente, dice y hace un emprendedor.

Pronto me di cuenta de que, si quería que mi negocio se mantuviera, debía asumir aspectos de este que no me gustaban, como la administración, el manejo de las finanzas y el control para hacer un uso adecuado de los ingresos. Reconozco que esta parte ha sido para mí la más difícil y que, a pesar de haber ordenado lo administrativo, todavía nos encontramos a mitad de camino.

Uno de los errores más comunes que cometemos los emprendedores es dejar en manos de otros los temas administrativos y financieros, contratando personas sin las credenciales adecuadas para manejar lo que considero la columna vertebral de un negocio: las finanzas. Tener en orden los números es básico para dedicarse a otros temas estratégicos como el servicio, los productos y la innovación.

Para un emprendedor, el tiempo nunca es suficiente, porque además que este es finito, los roles que uno desarrolla son múltiples y demandantes. Comprendí que enfocarme en una sola actividad, aunque fuera solo durante 20 minutos, significaba un gran avance en la tarea. Por eso decidí abandonar definitivamente la multitarea y comprendí lo que dicen los estudios acerca de que esta únicamente ofrece una sensación de logro, pero al final solo se consigue hacer poco de muchas actividades, que sin la concentración adecuada deja resultados mediocres que hay que corregir más tarde; y esto genera una espiral de uso ineficiente del tiempo.

Mi cuerpo y yo mejoramos, además, la comunicación. Ahora entiendo las señales que me envía para pedirme que pare y descanse. Lo escucho y lo atiendo porque sé que esto contribuye a mantener la energía requerida para gestionar el negocio y mis prioridades de vida.

Emprender ha sido un viaje intenso y apasionante que no cambiaría por nada. El ejercicio de autogestionarme me ha proporcionado un sentido de libertad y control que disfruto mucho. Reconozco que la libertad viene paradójicamente vinculada a la responsabilidad y la consistencia; y estas últimas son imprescindibles en cualquier actividad en la vida que verdaderamente aspiremos a mantener en el tiempo. Hoy, cinco años después de haber iniciado mi primer negocio, renuevo mis votos para continuar en este camino del emprendedor.

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