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Andrés, la tortura y el refugio

Andrés tenía 16 años cuando fue golpeado y torturado por un grupo de policías y soldados que buscaban obtener de él una información que no conocía. Fue en mayo de 2016. Estuvo recluido por dos días y medio por un delito que no existió. Decidió denunciar. Él y su madre ahora son refugiados en otro país, uno que sí les garantiza protección a su integridad personal. El caso fue judicializado el 31 de marzo. La Fiscalía acusó a dos policías por los delitos de tortura y fraude procesal.