Creo que nada, excepto que yo puedo hacer activismo. Como la mayoría de mis documentales son de género, memoria histórica y derechos humanos; yo puedo pasar, ahora que ya no estoy trabajando en un periódico, de la realización de un documental al activismo. Eso es algo que dentro del periodismo no podía hacer y que tenía ganas de hacer.
Creo que la inteligencia es la capacidad de resolver los problemas; que cuando uno esté en una encrucijada, pueda tomar una decisión. Creo que tengo esa capacidad.
Chantal Akerman, Agnès Varda, Emir Kusturica, Jean-Luc Godard, Frederick Wiseman, Nicolas Philibert, Jim Jarmusch, Patricio Guzmán, Pino Solanas y, mi favorito por sobre todos, Eduardo Coutinho. Mi otro favorito, aunque en ficción, es Guy Maddin.
Ninguno, porque desde que me gradué de San Antonio de los Baños, decidí que quería contar las historias de la región centroamericana, de Latinoamérica, de México. A eso me quiero dedicar. Son las historias que necesito contar. He tenido oportunidades de poder contar en otros lados, pero he decidido quedarme aquí.
Es una herramienta de denuncia. Es lo que más me gusta hacer en la vida junto a ser madre.
Ir al colegio. Era, para mí, una tarea muy aburrida.
No me gustaría tener un epitafio, no creo que pueda resumir mi vida en una frase.