#Redes Tecnopolíticas

Prácticas digitales con mamá

Mamá, no tengas activada la ubicación en tu teléfono sin saber lo que ello implica, o no subas toda tu información personal a tus redes sociales.

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Lexicógrafa y comunicadora digital

“La ciencia nos necesita”, dice Kemly Camacho. Ella, como coordinadora general de la Cooperativa Sulá Batsú, en Costa Rica, cree que la apuesta debe ir para que las mujeres nos apoyemos entre nosotras para aprender sobre las tecnologías digitales, en aprender a usarlas, a saber cómo sacarles el mayor y el mejor provecho. Por eso, con el pretexto del 10 de mayo, queremos compartirles cinco prácticas digitales que, como hijas e hijos, podemos compartir con nuestras mamás, nuestras abuelitas, nuestras tías y con esas mujeres que tenemos cerca.

1. Hablar, celulares en mano, sobre qué información compartimos. ¿Se acuerdan cómo siempre nos enseñaron lo de ‘no le abrás la puerta a quien no conocés’ o ‘no aceptés dulces de gente que no has visto antes’? Ahora es nuestro turno: mamá, no tengas activada la ubicación en tu teléfono sin saber lo que ello implica, o no subas toda tu información personal a tus redes sociales ni todo lo que subas sea cierto. Si podés, solo activá la ubicación cuando vas a necesitarla para ocupar Google Maps o Waze; y no coloqués tu nombre o tu fecha de nacimiento completos en Facebook: da otra fecha, da otro año. Son detalles que nos van a ayudar a cubrirnos.

2. Ayudarnos a hacer ‘limpia’ de nuestros cuartos digitales. La ropa sucia (digital) se lava en casa: eso implica tener claro, por ejemplo, si tenemos activado que se hagan respaldos de las fotografías que tomamos en nuestros teléfonos para que de manera automática se descarguen en otros dispositivos que tenemos (computadoras o tabletas). Aprendamos cuáles formularios vale la pena que tengan la función de ‘autocompletar’ en las páginas web que visitamos, y aprendamos juntas a decir que no ante lo que nos ofrece: respaldo de fotografías en otros dispositivos, o haber ocupado WhatsApp o el Messenger para pasarnos contraseñas completas de tarjetas de crédito (pártanla: pásenla por partes en plataformas distintas).
3. Regalale su juego favorito o un nuevo idioma. Hay muchas aplicaciones, y solo debemos vigilar lo que nos piden ‘entregar’ de nuestros datos a cambio. Eviten lo que les pida acceso a su cámara o a su tarjeta de crédito; para jugar no se necesitan esos datos. De aplicaciones para aprender idiomas, ¡sí me animo a decir que Duolingo es orgullo centroamericano y una de las APP mejor calificadas para varias lenguas!

4. Si tu mamá/abuelita/tía/madrina ya es bastante tecnológica, entonces podemos jugar a editar perfiles de mujeres en Wikipedia. De esto hablaremos en otra columna con más calma, pero adelanto algo: Wikimedia Argentina tiene su iniciativa #MujeresEnLaCiencia como parte de la búsqueda de la equidad en la visibilidad de perfiles de la enciclopedia digital que más se consulta en nuestro planeta.

5. Y la quinta cosa, es ver cómo sus ojos, los de ellas, se iluminan aprendiendo juntas. Organicemos, inscribámonos, promovamos cursos de tecnologías digitales para mujeres. Sulá Batsú tiene su proyecto “Club de Madres y Tecnología”, que surge a partir del “Club de Niñas y Tecnología”: es desde aprender a encender una computadora, aprender a utilizar procesadores de texto, aprovechar cursos gratuitos en línea; pero sobre todo aprender juntas, las dos de la mano: sí, es apoyarnos unas a otras porque la ciencia nos necesita, como bien dice Camacho.

P. D.: Gracias a la que me enseñó (entre otras) a jugar solitario con cartas en una mesa, y años mas tarde en una computadora.

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