Opinión desde allá Estados Unidos

por Ronald Portillo, periodista

 

Ronald Portillo periodista

La insistencia de Max

Debería ser un delito que los cargos públicos devenguen miles de dólares mensuales en países como los nuestros, donde hay un sinfín de necesidades insatisfechas. Es despreciable la bonanza de unos pocos cuando es a costa de las necesidades de muchos otros.

Mi trabajo en este país me ha permitido conocer a jóvenes que sueñan con los pies en la tierra. Buscan oportunidades que se les hicieron imposibles en sus lugares de origen y que todavía pueden alcanzar aquí, a pesar de que estos tiempos políticos y sociales está haciéndose más hostiles. Son hombres y mujeres con talento, pero que necesitan una pequeña ayuda para reconocer sus capacidades.

Detrás de cada estudiante hay una historia de vida digna de admirar y contar, pero que también refleja las deudas infinitas que las sociedades centroamericanas tienen con sus hijos más vulnerables. Y aunque aquí también tengan que saborear varias carencias, al menos tienen la oportunidad de cambiarse el rumbo por medio de la educación.

Estos son algunos de los retos a los que la mayoría de estos jóvenes se enfrenta en este país: hasta 12 o más horas de trabajo al día, hijos que atender, conflictos migratorios, apuros económicos y más. Sin embargo, su esfuerzo se hace notar en cada clase. Y si la voluntad de todos es firme, la perseverancia de uno de ellos es férrea.

Conocí a Max el semestre pasado, y desde el principio fue claro: la lectura y la comprensión no eran su fuerte. Más que eso, las letras le representan verdaderos desafíos de aprendizaje. Él es consciente de eso y, aunque algunas veces ha querido tirar la toalla, lo sigue intentando.

Max nació en Lempira, un rincón de Honduras que colinda con nuestro Chalatenango, pero dice sentirse más salvadoreño. Asistió a una escuela que era atendida por un solo maestro para todas las secciones de primaria, y en la que la aspiración máxima era llegar a sexto grado. Con ese título, pero con habilidades y conocimientos de segundo grado, cruzó la frontera. Era un adolescente de 16 años.

Ahora, con casi 26, Max es padre de dos hijos y trabaja como panadero. Su rutina inicia a las 2 de la madrugada y termina, con suerte, a las 3 de la tarde. Entonces pasa a recoger a sus hijos a la escuela, les ayuda en sus tareas y se asegura de que no se olviden de hablar español. Mientras viaja en el metro rumbo a la escuela, trata de repasar la lección del día anterior y siempre llega a clases con disposición, aunque le queden pocas energías físicas y mentales.

Ha llegado a clases aun cuando ha estado prendido en fiebre, y solo ha faltado cuando uno de sus hijos ha estado enfermo. Saber que tiene algunas limitantes de aprendizaje no lo detiene, más bien lo empuja a seguir intentándolo. Es uno de los estudiantes más brillantes en matemáticas de su nivel, y eso lo alienta a seguir buscando el equivalente al diploma de bachillerato en Estados Unidos. Cuando lo consiga, aunque se demore, se capacitará para ser asistente médico.

Quizá si Max hubiera estado inserto en un ambiente educativo funcional, habría recibido el apoyo necesario y a tiempo. Pero en nuestros países centroamericanos es más importante destinar todo lo que haga falta del presupuesto de la nación para pagar altos sueldos a funcionarios, que invertir en que los ciudadanos tengan una educación digna.

Debería ser un delito que los cargos públicos devenguen miles de dólares mensuales en países como los nuestros, donde hay un sinfín de necesidades insatisfechas. Es despreciable la bonanza de unos pocos cuando es a costa de las necesidades de muchos otros. En cambio, es digno de admirar que todavía haya jóvenes que saben luchar por lo que anhelan.

 


Generic placeholder image
Séptimo Sentido

Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, críticas o sugerencias sobre cualquiera de los temas de la revista. Una selección de correos se publicará cada semana. Las cartas, en las que deberá constar quien es el autor, podrán ser editadas o abreviadas por razones de espacio o claridad.

[email protected]

Encuéntranos en Facebook (Revista 7S) y Twitter (@revista7S)

MAS TEMAS

Card image cap

Arte y valores de convivencia

Opinión por Manlio Argueta

El acercamiento emocional a los múltiples sonidos organizados de la música produce en la persona un elevarse...

Card image cap

Cómo hemos cambiado

Opinión de Rosarlin Hernández (Desde acá)

Ahora te encuentro maquillada, diferente, excéntrica para una Managua genuina y silvestre como vos. Y aunque han querido...

Card image cap

La insistencia de Max

Opinión por Ronald Portillo (Desde allá)

Debería ser un delito que los cargos públicos devenguen miles de dólares mensuales en países como los nuestros, donde hay un sinfín de...

Card image cap

Carta editorial

Por Glenda Girón, editora

Es difícil de explicar cómo en un país tan pequeño hay poblaciones tan alejadas de cualquier cosa que se parezca...

Card image cap

Buzón

Por Séptimo Sentido

Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, críticas o sugerencias sobre cualquiera de los temas de...

Card image cap

Siete preguntas para

William Castillo

William Castillo es un periodista argentino. Actualmente es el director periodístico...

Card image cap

Historias sin cuento

David Escobar Galindo

Desde que era muy niño tuvo aquel sueño recurrente, que era el mismo salvo por los colores con los que aparecía: en época...

Card image cap

La nueva “dieta” del venezolano

Arysbell Arismendi y Lorena Meléndez

Entrar a un supermercado y comprar los productos esenciales es algo excepcional para los venezolanos. Las opciones disponibles...

Card image cap

El rock argentino en primera persona

Jacobo Celnik

Tuvo la fortuna de tocar con todos los íconos populares de la música argentina, como Andrés Calamaro, Charly García o Gustavo Cerati, a quien acompañó en sus últimos discos...

MIEMBRO DE GRUPO DIARIOS DE AMÉRICA

© 2017 Séptimo Sentido, La Prensa Grafica. Hecho con por Hashtag.