Jared iba a una junta de negocios, no a encontrar al amor de su vida. Menos de camino hacia la Casa Blanca. Los amigos en común entre Ivanka Trump, hija del ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y Jared Kushner, uno de los empresarios de bienes raíces mejor colocados en Estados Unidos, pensaron que sería buena idea que ambos se conocieran. Talvez podrían comenzar una relación de negocios. Lo que en realidad hicieron fue conducir a la unión que se ha convertido en la conciencia del país más poderoso del mundo.
A inicios de 2008 la prensa estadounidense especulaba sobre la relación que había entre Trump y Kushner. Algunas revistas aseguraban que solo eran amigos; otras, que iba en serio. Para finales del mismo año, el sitio Gawker anunciaba el rompimiento de la pareja, aludiendo a que Kushner no podía seguir una relación con una no judía. El mismo año, Ivanka se convirtió al judaísmo y la pareja se casó en 2009, tras dos años de noviazgo. Los Kushner-Trump nunca consolidaron un negocio juntos, pero lograron un proyecto mayor: que el padre de Ivanka llegara a la presidencia de Estados Unidos.
Jared nació en Nueva Jersey, en una familia de judíos ortodoxos. Sus abuelos migraron de Europa a Estados Unidos huyendo del Holocausto, al que sobrevivieron, y se instalaron en el área de Nueva York. El padre de Jared, Charles Kushner, levantó fortuna en el ramo de bienes raíces.