Álbum de Libélulas 167 167 (Galindo)

Historias sin Cuento

David Escobar Galindo

1362. FLORACIÓN DOMINICAL

El ambiente ahí era tranquilo por naturaleza, pero aquel domingo una especie de animación sin motivo aparente se esparcía por los alrededores. A media mañana, tal animación tomó forma de caravana. Era un personaje desconocido que montado en su corcel manso llegaba al frente de una larga fila de seguidores animosos. Cuando estuvo en el centro de una explanada rústica, el desconocido se detuvo, descendió de su cabalgadura y empezó a repartir palabras como flores con destellos vivos entre los presentes. Alguien susurró, reteniendo en el cuenco de las manos algunas de aquellas palabras: “¡Es Él!” Y el susurro individual se fue convirtiendo de inmediato en una especie de cántico que hacía que los campos abiertos se quedaran estrechos. Ahí muy cerca la ciudad mostraba ya sus perfiles acogedores. Y otra voz tomó cuerpo: “¡El Mesías ya llegó, y viene a quedarse, aunque no se sabe dónde!”

1363. EL PRIMER EJEMPLO

El día había despertado con la suave somnolencia propia de esa época del año, y todos los sucesos que se producían en el entorno estaban impregnados de tal lasitud que los vecinos llamaban pereza. Como era ambiente rural, aquella sensación era compartida por los humanos, por los otros seres en movimiento y por las entidades vegetales, que iban desde los grandes amates y conacastes hasta las pequeñas plantas de los patios de las casas y de las orillas de los caminos. Sin embargo, aquella mañana las energías circulantes daban la impresión de estar más animadas que de costumbre. Y ya cerca del mediodía esa animación pareció producir un efecto radicalmente contrario: un eclipse de Sol. La naturaleza en todas sus formas entró en shock. Y cuando el Sol volvió a aparecer, traía todos los destellos de un resucitado.

1364. TRILOGÍA MADRILEÑA

Cuando pudo hacerlo alquiló un piso en la calle Lope de Vega para sentirse en ambiente existencial, que era lo que siempre había andado buscando. El aura del poeta tenía que ambular por ahí, aunque nadie pareciera advertirlo. Aquella tarde estaba en la taberna de la Dolores, muy cerca de la Basílica de Jesús de Medinaceli, y todo en el ambiente le hacía sentir que iba acercándose a su punto de encuentro en el interior de sí mismo. Dio el último sorbo y escapó de inmediato. Lo alcanzaron para que pagara. Lo hizo sonriendo. Y casi corrió hacia el templo, mientras el aire le abría paso a una claridad resplandeciente, que parecía ser un regalo de la atmósfera. Entró y no volvió a salir. Lo encontraron exánime con un papel manuscrito: “La poesía y la fe son las madrinas del Sol. Me llaman y me voy con todos ellos”

1365. AUTOLECCIÓN

Después de la jornada por los caminos polvorientos y por las plazas desarboladas era necesario refugiarse en algún lugar seguro para recuperar fuerzas y alientos antes de emprender la jornada siguiente. Y el sitio disponible aquel día era un establo semiabandonado en las afueras de la aldea de paso. Él y sus pocos acompañantes se acomodaron ahí, sobre unos montones de zacate seco. Uno de ellos encendió un candil, y alguien le advirtió: “Cuidado, no vayas a provocar un incendio”. Él, entonces, asoció el momento con su propia vida, que justamente se había iniciado en un establo. El candil era su mensaje, que palpitaba con luminosidad a la vez humilde y desafiante. Se pasó la áspera mano por el rostro sensibilizado al máximo en el oficio de la intemperie, y los que estaban a su lado percibieron el susurro: “Debo hacer que esta llama no se convierta en incendio sino en aurora”.

1366. TEMPLO MAYOR

En los entornos arbolados y rústicos había ranchos dispersos, cuyos habitantes se dedicaban a la siembra y a la labranza. Eran gente sencilla, que vivía de su esfuerzo cotidiano en alianza con la tierra, con el aire, con el agua y con la luz. Quizá de ese convivio permanente les brotaba el anhelo de tener a la Divinidad presente, de alguna manera que pudiera ser perceptible y compartible. Una iglesita con imágenes y campana y desde luego con un oficiante que llegara siquiera de vez en cuando sería el sueño cumplido. ¿Pero cómo? Los mayores estaban cabizbajos, como si nada pudiera hacerse; y entonces un joven tuvo el golpe de intuición: “Allá por la quebrada hay un lugarcito… ¿Por qué no vamos?” Era un ojo de agua, cuya pureza resplandecía en la penumbra. “Dios nos está viendo. Miren. Tenemos que venir aquí todos los días…”

1367. PARÁBOLA DEL RETORNO

Al verlo en persona, todos asumieron la actitud de los escépticos humillados por la evidencia: “¿Tú aquí?” Y él hizo el gesto de los reconfortados por la evidencia misma: “Sí, estoy aquí, y es mejor que nadie lo dude”. ¿Cuánto tiempo hacía que nadie lo veía por los entornos? Las respuestas de seguro serían diferentes según a quién se le hiciera la pregunta, pero en cualquier caso no se trataba de meses ni de años… Luego de aquella primera aparición fue de nuevo como si se lo hubiera tragado la tierra. Se corrió la voz: “Aquel que te conté quizás se arrepintió de haber dado la cara”. Pero pronto reapareció, y esta vez dando muestras de querer hacerse sentir. Cuando había más afluencia de gente en la plaza principal, se alzó en el centro de la misma para que todos lo oyeran: “Sí, soy yo, Lázaro, y los resucitados también merecemos tener destino…”

1368. LA RUTINA IMPECABLE

La noche había llegado con la puntualidad habitual, y, como siempre, buscaba de inmediato los espacios favoritos para acomodarse con su equipaje personal. Uno de esos espacios era aquella trastienda a la que podía accederse por un corredor que daba al huerto vecino. Al entrar ahí, la noche se sintió como en casa. Podía descansar por unos instantes, mientras afuera aguardaban los mensajeros de la oscuridad. Lo hizo, no sin antes revisar con exquisito cuidado el equipaje personal, que era una maleta evidentemente llena hasta el tope. No tardó en asomarse al corredor. Los mensajeros la rodearon. Ella les dio las instrucciones pertinentes, y ellos se dispersaron para cumplir con sus tareas expansivas. La noche volvió al interior, y se acomodó junto a su maleta, en la que estaba guardado, esperando su hora, el lucero del alba…

1369. MISIÓN CUMPLIDA

Nos reuníamos a diario en el mismo lugar, que tenía todas las características de una capilla abandonada, prácticamente en ruinas. El convivio se hacía con puntualidad ejemplar, como si ninguno de nosotros quisiera traicionar un compromiso supremo. Aquel día, sorpresivamente, alguien faltó. Los otros presentes se juntaron en una especie de nudo humano para considerar el hecho insólito. Alguien dijo: “Él ya no está entre nosotros, pero sí está en el lugar que aquí le corresponde”. Y ahí estaba, en el centro del vitral al que todos asistíamos, como el Maestro que era.

 


Generic placeholder image
Séptimo Sentido

Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, criticas Donec sed odio dui. Nullam quis risus eget urna mollis ornare vel eu leo. Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes, nascetur ridiculus mus.

[email protected]

Encuéntranos en Facebook (Revista 7S) y Twitter (@revista7S)

MÁS TEMAS

Card image cap

Llámenlo eternidad

Opinión por Jacinta Escudos

Por el procedimiento utilizado, estaba claro de que Kosinski no quería fallar. Tomó una gran cantidad de barbitúricos...

Card image cap

Piñatas políticas

Opinión de Mariana Belloso (Desde acá)

Nuestros gobernantes y legisladores prefieren dejar que la carreta se descarrile para, ante el espectáculo...

Card image cap

Y entonces, ¿necesitamos una CICIES?

Opinión por Héctor Silva Ávalos (Desde allá)

Si “Chepe Diablo”, Los Perrones y demás mafias incrustadas en el sistema político salvadoreño han podido...

Card image cap

Carta editorial

Por Glenda Girón, editora

Esto es lo que nos ha venido haciendo tanta falta como sociedad. No hemos naturalizado el cambio constante. Solo...

Card image cap

Buzón

Por Séptimo Sentido

Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, críticas o sugerencias sobre cualquiera de los temas de...

Card image cap

Siete preguntas para

Javier Sinay

Javier Sinay es un periodista argentino. Actualmente es editor de la plataforma periodística...

Card image cap

Historias sin cuento

David Escobar Galindo

El ambiente ahí era tranquilo por naturaleza, pero aquel domingo una especie de animación sin motivo aparente se esparcía por los alrededores.

Card image cap

Lejos del pasado oscuro, evangélicos crecen en Cuba

AP

La Constitución reconoce el derecho a la libertad religiosa, aunque la ausencia de una ley de culto parece generar fricciones...

Card image cap

Jared Kushner, el yerno millennial detrás de Trump

Luis Chaparro/ El Universal/ GDA

El empresario Jared Kushner, esposo de Ivanka, es considerado el cerebro digital detrás del éxito en la campaña presidencial del magnate Donald Trump...

MIEMBRO DE GRUPO DIARIOS DE AMÉRICA

© 2017 Séptimo Sentido, La Prensa Grafica. Hecho con por Hashtag.