HIDROPONÍA MÁGICA (3)

Cuando canta el tecolote, las ánimas de la noche siempre le hacen coro.

LA GRAN AVENTURA

Habíamos caminado muchas horas, sin descanso. Salimos de la huerta, cruzamos el sembradío, atravesamos la aldea, subimos la colina, recorrimos la duna, llegamos a la playa. Enfrente, el mar hablaba con fervorosa elocuencia de espuma. Entonces, nos arrodillamos como ante un altar. Una mano invisible nos fue conduciendo dentro del agua, que tenía toda la frescura de las verdades inmutables. Y antes de que al agua nos cubriera, nos dijimos al unísono:

–¡Buenos días, amor!

DIÁLOGO INTEMPORAL

Inmediatamente después de ver el reportaje televisivo, te anuncio:

–Viajaremos en A380.

Tú me aclaras:

–El año próximo estará disponible ese maravilloso Airbus en Singapore Airlines.

Puntualizo, sorprendido:

–¡Yo hablaba en metáfora nostálgica! Hace 100 años que comenzó a volar el A380.

Tú me preguntas entonces:

–¿Qué canal estamos viendo?

–The History Channel –te respondo.

–¡Ah, esa es la confusión! –me explicas–. Yo estoy viendo las últimas noticias por CNN.

UN TRAVIESO ARGUMENTO

–Me cuesta mucho creer en Dios…

–Ahí está el error: pensar que la cuestión es de fe.

–¿Y entonces?

–La cuestión es de duda.

–Dudo de Dios.

–Luego, Dios existe.

–¿Qué diría Descartes?

–Que diga misa.

MORALEJA CON ALAS

El abejorro zumba insistentemente alrededor del cristal cerrado de la ventana. Afuera están abiertas las flores propias de la estación. De pronto, alguno de nosotros pregunta:

–¿Qué buscará el abejorro dentro de la casa?

Y alguien responde:

–Busca lo que le es imposible alcanzar.

Y alguien más filosofa:

–Entonces, el abejorro es perfectamente humano.

PASEO DOMINICAL

Tomó de la mano a su imagen y se fue a deambular con ella dentro de sí mismo.

DESCRIPCIÓN DEL SITIO

Estamos sentados alrededor de la mesa, con las manos abiertas sobre su superficie. Y uno de nosotros indaga:

–¿De qué bosque será la madera con que construyeron esta mesa?

Otro supone:

–Quizás del bosque mental.

El que está a mi lado –que podría ser mi otro yo—exclama:

–¡Exacto! Porque nos hallamos ante una mesa de bruma.

ESCENA CLAVE

Se puso las botas y se encajó el pasamontañas. Luego se cubrió la cabeza con un sombrero peliculesco. Entonces pasó al escenario. Todo estaba listo para iniciar el rodaje. Se oyó una voz que tenía el acento de los mensajeros celestes:

–¡El que esté libre de palabras sordas que suelte la primera bala!

ESTABA ESCRITO

¡Lo intuíamos, lo adivinábamos, lo sabíamos: la única oración que perdura es el silencio!

EL DIÁLOGO MÁS ANTIGUO

–¿Falta mucho para que amanezca?

–No lo sé: aquí todas las ventanas están cerradas.

–¿Dónde?

–En el ático de la conciencia.

ENIGMAS DEL MOMENTO

Mi madre está presente esta tarde, en su sillón de siempre, junto al jardín que ella misma cultiva. Hay una rosa deslumbrante en la cumbre del rosal.

–¿Ha visto esa rosa, mamá? –le pregunto–. Es de su rosal favorito.

Ella mira hacia la rosa, y luego vuelve la mirada hacia el entorno interior de la sala. No estoy seguro de que haya reparado en mi presencia.

–Estoy reconociendo el lugar –parece explicarse a sí misma.

Ante esas palabras, casi me animo a recordarle que esta es su casa, que ese es su jardín, que aquí está lo suyo. Su música, sus libros. Sus perros. Y yo, su hijo. Pero me detengo. Vuelvo la mirada hacia la rosa magnífica, y tengo la súbita sensación de que la rosa me sonríe…

EL JARDÍN NUNCA DUERME

Anoche quedó prendida una luz en el jardín. No hallé cómo apagarla. Y hoy he descubierto la razón de eso: esa luz es mi ilusión de dormir al desnudo entre los árboles y las plantas, como en la mejor placenta del espacio.

Desperté feliz.

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