Claribel Alegría ha publicado 25 libros de poesía. Los siete poemas aquí presentados pertenecen a “Mi camino eres tú” (2013), antología de sus versos realizada por Índole Editores y la Fundación Claribel Alegría. La selección es de la salvadoreña Susana Reyes.
Claribel Alegría
A Bud
Todos lo que amo
están en ti
y tú
en todo lo que amo.
Estoy aquí
en el banquillo de los acusados
dicen que soy traidora
¿a quién he traicionado?
era una niña aún
cuando mi padre
es decir
mi padrastro
temiendo que su hijo
no heredara las tierras
que a mí correspondían
me condujo hacia el sur
y me entregó a extraños
que no hablaban mi lengua.
Terminé de crecer en esta tribu
les servía de esclava
y llegaron los blancos
y me entregaron a los blancos.
¿Qué significa para ustedes
la palabra traición?
¿Acaso no fui yo la traicionada?
¿Quién de los míos vino a mi defensa
cuando el primer blanco me violó
cuando fui obligada
a besar su falo
de rodillas
cuando sentí mi cuerpo desgarrarse
y junto a él mi alma?
Fidelidad me exigen
ni siquiera conmigo
he podido ser fiel.
Antes de florecer
se me secó el amor
es un niño en mi vientre
que nunca vio la luz.
¿Que traicioné a mi patria?
Mi patria son los míos
y me entregaron ellos.
¿A quién rendirle cuentas?
¿A quién?
decidme
¿a quién?
(5,000,000 de tamalitos) -A Eduardo y Helena que me pidieron una receta salvadoreña.
Dos libras de masa de mestizo
media libra de lomo de gachupín
cocido y bien picado
una cajita de pasas beatas
dos cucharadas de leche de Malinche
una taza de agua bien rabiosa
un sofrito con cascos de conquistadores
tres cebollas jesuitas
una bolsita de oro multinacional
dos dientes de dragón
una zanahoria presidencial
dos cucharadas de alcahuetes
manteca de indios de Panchimalco
dos tomates ministeriales
media taza de azúcar televisora
dos gotas de lava del volcán
siete hojas de pito
(no seas malpensado es somnífero)
lo pones todo a cocer
a fuego lento
por quinientos años
y verás qué sabor.
A Erik
Mi gato negro ignora
que va a morir un día
no se aferra a la vida
como yo
salta desde el tejado
ligero como el aire
se sube al tamarindo
arañándolo apenas
no lo amedrenta el paso de los puentes
ni el callejón oscuro
ni el pérfido alacrán
mi gato negro ama
a cuanta gata encuentra
no se deja atrapar
por un único amor
como lo hice yo.
Salí a buscarte
atravesé valles
y montañas
surqué mares lejanos
le pregunté a las nubes
y al viento
inútil todo
inútil
dentro de mí estabas.
¿Y cómo podríamos cantar con el pie extranjero sobre el corazón?
S. Quasimodo
Aún no
no puedo entrar aún aún
me está prohibido
hundirme en tus caminos
entregarme a tus ríos
contemplar tus volcanes
descansar a la sombra
de mi ceiba.
Desde afuera te miro
mi corazón te mira
desde afuera
apretado te mira
en el recuerdo
entre las vacilantes rejas
del recuerdo
que se abren
se cierran
ondean en mis lágrimas.
Es difícil cantarte
del exilio
difícil celebrar
tu nebuloso mapa
accidentado.
No puedo hacerlo aún un
áspero graznido me cierra
la garganta. Es difícil
cantarte cuando una bota
gruesa de clavos
extranjeros
te desgarra la piel
y te desangra.
Yo,
poeta de oficio,
condenada tantas veces
a ser cuervo
jamás me cambiaría
por la Venus de Milo:
mientras reina en el Louvre
y se muere de tedio
y junta polvo
yo descubro el sol
todos los días
y entre valles
volcanes
y despojos de guerra
avizoro la tierra prometida.
Séptimo Sentido les invita a que nos hagan llegar sus opiniones, criticas Donec sed odio dui. Nullam quis risus eget urna mollis ornare vel eu leo. Cum sociis natoque penatibus et magnis dis parturient montes, nascetur ridiculus mus.
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