Claribel Alegría es energía y no solo en sus textos. Su vida debería estar expuesta en cada aula de este país para poder criar generaciones de gente que entienda que una persona puede entregarse al arte y, tal y como ella lo hizo, alcanzar un puesto privilegiado.
Detrás de su obra no hay solo talento. Hay constancia, disciplina y una enorme sensibilidad que no sería posible si no estuviera también mezclada con mucha capacidad intelectual.
Claribel Alegría parte sus amores patrios entre El Salvador y Nicaragua. En esta entrevista con el periodista Moisés Alvarado habla acerca de cómo fue el proceso de escritura de “Cenizas de Izalco”, la obra que relata con técnicas innovadoras la masacre de 1932 y que escribió a “cuatro manos” junto con su esposo Darwin Flakoll.
A sus 93 años, Alegría acaba de ser galardonada con el premio más importante de la poesía que se escribe en español: el Reina Sofía de Poesía Hispanoamericana. Pese a que no deja de ser uno más en la larga lista de distinciones que ha acumulado a lo largo de una fructífera carrera, la termina de coronar como una de las impulsoras de las letras hispanas más importantes.
Su huella está en casi todo lo escrito que ha servido para poner a la región en el mapa, como se aprecia en “Nuevas voces de Hispanoamérica” que, en 1962, constituyó la puerta por la que grandes escritores latinoamericanos entraron al público en inglés.
Claribel Alegría representa mucho. Pese a todos los premios recibidos, todavía falta que estos países que ella lleva en el corazón, también la coloquen en el lugar que merece: como inspiración, ejemplo y ruta para todos.