Buzón

Hacer una semblanza del que fuera obispo auxiliar de la arquidiócesis de San Salvador por muchos años es entrar en una descripción en paralelo de lo que fue la vida del beato Óscar Arnulfo Romero.

Merecido

Hacer una semblanza del que fuera obispo auxiliar de la arquidiócesis de San Salvador por muchos años es entrar en una descripción en paralelo de lo que fue la vida del beato Óscar Arnulfo Romero, ambos han ido dejando una impronta como incansables luchadores sociales, palmarios enemigos de la deshonestidad y la injusticia social, comprometidos con los más desposeídos, firmes defensores de los derechos humanos y pregoneros de la verdad; esos son algunos de los atributos que los unen en su misión. Tener un cardenal de la altura de Rosa Chávez es un paso más en el devenir de la Iglesia católica salvadoreña, pues sus aportes significativos en momentos de tensión entre posturas contrapuestas lo han colocado como uno de los mediadores más reconocidos en nuestra historia de las últimas décadas. Ser árbitro de conflictos requiere de facultades que solo en personas como la del nuevo cardenal se encuentran, que con su talante allanan fácilmente el camino hacia el diálogo. Su sensibilidad social lo hace percibir fácilmente el drama humano de los marginados colocándolo como uno de los más incansables y tenaces promotores de los derechos que tienen los menos favorecidos, siendo uno de los férreos inconformes en callar y no denunciar las injusticias y atropellos que se han cometido en diferentes épocas, un hombre incondicional para que haya paz y equidad, lo demostró con su presencia en todas las rondas de diálogo en búsqueda de la paz durante el conflicto armado, aún en su última homilía como obispo auxiliar no ha desaprovechado el momento para hacer el llamado a promover la paz que tanta falta nos viene haciendo. Ha criticado mucho a los que predicando el evangelio, se dedican a vaciar la billetera de los fieles, algo que ya se volvió costumbre en nuestro medio por parte de algunas denominaciones religiosas y algunos predicadores. Para hablar del apostolado de una persona como la del prelado que describimos se necesita mucha tinta, es tanto su bagaje de bondades que basta con reconocerle como un benefactor de la humanidad, asesor espiritual y enérgico en la búsqueda del bien para los demás. Cuarenta y siete años de sacerdocio dicen bastante de su trayectoria, pero ahora con su ascenso al cardenalato la justicia lo ha honrado con un merecido reconocimiento como cosecha de lo mucho que ha sembrado. No queda más que desearle toda clase de buena suerte en su nueva investidura eclesiástica.

Julio Roberto Magaña
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Un cardenal entre nosotros

Interesante reportaje dedicado a la vida y obra de monseñor Gregorio Rosa Chávez, indudablemente, un personaje que ha sabido llevar con dignidad la investidura del sacerdocio.
Un detalle pequeño pero que a mi juicio vale resaltar es el relacionado con su trabajo en pro de la educación, la formación y la atención que nuestros jóvenes necesitan con urgencia en este nuestro querido y maltratado país, es, según el reportaje un aporte importante el que monseñor ha dado al Complejo educativo en mención, bien por ello. Teniendo a un cardenal entre nosotros es de esperar que aquellos que se dicen seguir los pasos del beato Romero vuelvan su mirada hacia los más necesitados, se den cuenta –de una vez por todas–, de que hay que apostarle a una educación de calidad y atender a nuestros niños hoy para garantizar el cambio generacional que deje atrás la vorágine actual.

David Tovar
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Que vengan más domingos

Siempre estoy pendiente de la revista. Sé que este mes cumple un aniversario más, lo cual es motivo de alegría porque a lo largo de estos años la revista ha contribuido a que muchos conozcamos sobre diferentes temas de política, economía, de los derechos de las mujeres, literatura, medio ambiente y personajes salvadoreños destacados. De estos últimos forma parte monseñor Gregorio Rosa Chávez nombrado recientemente Cardenal. Felicito a Moisés Alvarado por describir un día en la vida de este sacerdote de gran carisma, como se puede entrever en todo el reportaje. Me impactó mucho la humildad de monseñor que, como bien lo dice el obispo luterano, Medardo Gómez, este nombramiento le hace justicia a este sacerdote que se caracterizó siempre por ser parte de la solución en tiempos de guerra. Recuerdo su figura en la televisión en 1984 acompañando al Gobierno y a las fuerzas insurgentes en La Palma. En monseñor se hace cierta la frase de “los tiempos de Dios son perfectos”. Así como dice Isaías 55: 8: “Pues sus proyectos no son los míos y mis caminos no son los mismos de ustedes”. Ante el último nombramiento del arzobispo Escobar Alas hubo cierto desencanto entre muchos de nosotros pues monseñor Rosa Chávez, al tener muchos años de ejercer como auxiliar, parecía el idóneo, pero Dios le tenía preparado algo mejor. Son los frutos que el beato Romero va dando a la Iglesia. Espero que monseñor Rosa siga apoyando a la Iglesia y ahora, como cardenal, acompañando con sus palabras a los salvadoreños; como dice en el reportaje, caminando con la gente que necesita ese aliciente para no desesperar ante la situación difícil que vive el país con la indiferencia y corrupción de la mayor parte de la clase política. Por otra parte, me ha gustado el reportaje de Barack Obama, que retoman del periódico El País, sobre el estilo de vida del “jet set” practicando el Kite surfing y cobrando exorbitantes cantidades por media hora de conferencia, viajando en yates, lo que contrasta con la figura que se “vendió” al finalizar su paso por la Casa Blanca; que junto a Michelle regresarían a su estilo de vida anterior. Como bien dice un dicho que parece tristemente cierto: “La costumbre se hace ley” y, como sus antecesores han hecho lo mismo, Obama lo hace aunque se diga que parte de esas ganancias retornarán a obras de “beneficencia”. Lo que muestra que la clase política se ha quedado en el pasado. Está haciendo política como en el siglo XX, las exigencias son otras. Las personas quieren ver otro tipo de políticos, aunque los medios como en el caso de Barack se encargaron de mostrarle como un ícono, un pionero diferente a los otros, hoy esos mismos medios de comunicación son los que están exponiendo su estilo de vida de rico y famoso. He ahí que ante un mundo tan globalizado, estos personajes deben de forjarse otro código ético. Que vengan más domingos para Séptimo Sentido y que siempre sigan enriqueciéndonos con sus reportajes, mis felicitaciones a todos.

Ruth Karina Sánchez
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Séptimo Sentido

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