Buzón

Acusaciones Al parecer, la alta jerarquía del Arzobispado de San Salvador duda de la autenticidad de la acusación de pederastia de un ciudadano de Panchimalco hacia un sacerdote de la misma ciudad. Un miembro de esa autoridad de la Iglesia salvadoreña acaba de afirmar que ya trabajan en la restitución del sacerdote Antonio Molina. Independientemente […]

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Acusaciones

Al parecer, la alta jerarquía del Arzobispado de San Salvador duda de la autenticidad de la acusación de pederastia de un ciudadano de Panchimalco hacia un sacerdote de la misma ciudad. Un miembro de esa autoridad de la Iglesia salvadoreña acaba de afirmar que ya trabajan en la restitución del sacerdote Antonio Molina. Independientemente de su inocencia o culpabilidad, a partir de la segunda mitad del siglo XX se ha incrementado el número de denuncias por abuso sexual infantil en todas sus variedades por parte de religiosos católicos. Uno de los casos famosos es del cura Gerald Francis Ridsdale, quien ocupa el lugar de ser el peor cura pederasta de Australia. Se cree que sus víctimas fueron más de cien niños. En su defensa admitió que “el abuso era parte de la obra de Dios”. En Argentina fueron denunciados 62 curas acusados de pederastia. Se informa que la Iglesia no los denunció, sino las víctimas que se animan a contar lo que les pasó, algo que para ellas es un proceso doloroso, y con el temor de la revictimización. Se denuncia que el juicio canónico fue arbitrario, ya que salvo en casos que eran indefendibles o habían tenido mucha trascendencia pública, la expulsión no se concretó.
Muchos adultos argentinos violados cuando eran niños aseguran haberse llenado de vergüenza y culpabilidad porque se preguntaban a quién iban a culpar de lo que les pasaba, más que a ellos mismos. La gran mayoría sobrellevó el silencio durante mucho tiempo, recordando que después de cometerse los abusos, los llevaban a una capilla cercana, y ahí frente a la Virgen los hacían realizar un pacto de silencio y amistad con los victimarios.
En un caso seguido por millones de personas en el mundo, la muerte del cardenal Bernard Law, señalado como encubridor de casos de curas pederastas cuando era arzobispo de Boston, Estados Unidos, hizo revivir el sufrimiento de centenares de víctimas y familiares durante el escándalo que agitó los cimientos de la Iglesia católica. La Fiscalía General de Massachusetts subrayó en el juicio contra Law que los abusos sexuales se extendieron durante más de seis décadas con al menos 237 sacerdotes y 789 niños. De ellos, 48 abusaron de menores mientras Law estaba al frente del arzobispado. Ante las presiones de grupos defensores de los derechos de los niños, la Santa Sede informó que en la última década se han examinado 3,420 casos de abusos a menores, que 848 curas fueron obligados a colgar los hábitos y a los 2,572 restantes se les obligó a vivir una vida de rezo y penitencia en un monasterio. Cantidad increíble, para quienes pensaban que los casos eran fortuitos.

René Alberto Calles
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Maquillaje

Hay gente a la que no le gusta ver embarradas a las instituciones en las que confía a ciegas. Una de esas instituciones que todavía convencen a la gente de esta forma es la Iglesia católica.
A pesar de que ya hemos sido muchos los que nos hemos sentido defraudados y hemos pasado a ser parte de los rebaños de otros pastores, esta Iglesia sigue siendo poderosa.
El año en el que estallaron estos escándalos debido a la intervención de Vanda Pignato, la alta jerarquía de los sacerdotes se vio en la necesidad de tomar distancia y resolver. La publicación de la semana pasada a mí me parece importantísima, porque revela que esa manera de resolver no fue real ni es la que se necesita. Fue solo maquillaje, uno malo, porque ni siquiera aguantó las primeras revisiones. Pensaron que con su poder nadie se iba a atrever a protestar, y ahí ven que el sacerdote de Panchimalco no se dejó ni se piensa dejar fregar solo para mantener el buen nombre de la institución.
Les agradezco la valentía de publicar en un país que no quiere ver los pies de barro de estas y de prácticamente todas sus autoridades, porque aquí nadie, nadie, nadie se salva. Todos estamos en el mismo chiquero.

Cristian Salazar
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Nuestras raíces

Leyendo la columna del periodista Rónald Portillo, “Raíces en la lengua”, analizo que hoy en día nuestra cultura ha ido cambiando debido a que vamos perdiendo nuestras raíces por la presencia de otras culturas que arrasan con nuestras tradiciones. Se dice que hoy solo un 10 % de la población es indígena, y es de considerar que todas las expresiones culturales deberían ser retomadas e inculcadas a los salvadoreños, aunque hayan nacido en el extranjero; esto para que las tradiciones predominen y estén presentes donde se encuentren.
Nuestras raíces deben de ser transmitidas de generación en generación para que nunca se pierdan, y así continuar con el legado de nuestros antepasados. La transculturación nos afecta con los nacidos en otro país en vista de que los padres no forjan en sus hijos la continuidad de las costumbres, debido a que en el país todo se imita y es difícil que se fomente la lectura. Hay que promover más el hábito del buen habla y que el canal de televisión nacional enseñe más el idioma. En otros países se viaja gratis si se va leyendo un libro. Como ejemplo, en el idioma inglés se respeta la pronunciación y la escritura, y lo hacen por respeto a su lengua.
Qué más se puede esperar si los padres no inculcan a sus hijos la identidad en cuanto a la comida, el lenguaje, el vestir, el dinero. Todo esto se ha perdido por la falta de valores necesarios para vivir en armonía.

Rutilio López Cortez
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Séptimo Sentido

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