Buzón

Extorsión e impunidad Deseo felicitar a Moisés Alvarado por su investigación periodística sobre el delito de extorsión, así como a los investigadores policiales que diligente y exitosamente culminaron sus averiguaciones sobre los casos abordados. Ciertamente admiro a los investigadores que profundizan en su trabajo y merecen los créditos respectivos. Desafortunadamente es necesario subrayar los factores […]

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Extorsión e impunidad

Deseo felicitar a Moisés Alvarado por su investigación periodística sobre el delito de extorsión, así como a los investigadores policiales que diligente y exitosamente culminaron sus averiguaciones sobre los casos abordados. Ciertamente admiro a los investigadores que profundizan en su trabajo y merecen los créditos respectivos. Desafortunadamente es necesario subrayar los factores estructurales que, como sociedad salvadoreña, subyacen y favorecen la comisión de este tipo de delitos. El reciente desmantelamiento de una red de profesionales vinculados a la divulgación de información confidencial sobre casos judiciales, así como el allanamiento de algunos tribunales, es un signo positivo que revela uno de esos factores: la corrupción del sistema judicial y la intocabilidad de ciertos funcionarios, cuyo poder les permite traficar con sus influencias a favor de clientes procesados por diferentes delitos.

El reportaje de Moisés Alvarado señala un denominador común en los resultados de las investigaciones policiales: el condenado, en la mayoría de casos según los expedientes judiciales, es únicamente quien recoge el dinero y queda impune el autor intelectual. Además, hay una red social solidaria que ampara y fortalece la comisión de este delito, que se alimenta de todo tipo de ciudadano corruptible, en las diferentes instituciones del Estado. No cabe duda que en la medida que las iniciativas estatales continúen en la línea de disminuir los niveles de corrupción en las instituciones (esperemos que el desmantelamiento de la corrupción judicial anteriormente aludido rinda sus frutos), nos acercaremos más, como sociedad civil, a las posibilidades y mecanismos técnicos con el fin de promover un perfil diferente de profesional, sea este abogado, juez o empleado administrativo, así como a fortalecer las estrategias institucionales, orientadas a eliminar ese tipo de personas que se benefician de sus cargos para delinquir, muchas veces contraatacando en lo mediático, con diferentes argumentos, llegando incluso a tildar de “intimidatorios” los esfuerzos institucionales por investigar más a fondo a determinados funcionarios.

Oswaldo Caminos
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El temor como herramienta

El ejercicio de despojar a las personas de sus bienes económicos lo venimos sufriendo desde la firma de los Acuerdos de Paz. El cáncer de la extorsión ya es noticia vieja, pero sigue contribuyendo a generar un clima de extrema inseguridad en las esferas productivas y, en general, en toda la población salvadoreña. Ese mal lo dejaron crecer con total libertad, pues en 1995 se denunciaron 535 extorsiones, hoy día las cifras negras son alarmantes, porque se han favorecido rápidamente con el auxilio de la tecnología, además de que algunos afectados prefieren el silencio. El fenómeno oscuro tiene que ser motivo de un análisis riguroso, porque el temor como herramienta de asalto que usan esos terroristas no permite que se conozca todo lo que sucede en las entrañas sociales. No debemos estar ajenos e insensibles a la vida humana, pues el tremendo impacto no se queda solo en un pago periódico, esporádico o único, ya que al estar encapsulados en ese acontecer agresivo de paranoia, el estrés traumático sin final mantiene muy enferma a esta sociedad.

Eso se une al ambiente bipolar que atizan los que no ven con ojos de país los problemas, que no se ponen de acuerdo para desatar nudos. Por infortunio son quienes trazan el destino nacional; en consecuencia, la ruta de esperanza se frustra por los óbices del temor, amenazas y extorsiones. Al tiempo, estas son poderosas razones para emigrar y paralizar al país. La extorsión es un delito muy lucrativo, fácil de ejecutar, pero complejo en la investigación cuando el Estado pierde poder de control en zonas ocupadas por la violencia. La rehabilitación de la confianza que hemos perdido en el tejido nacional debido a esa perversidad y al crónico temor incrustado nos lleva a pensar que los desafíos por hoy no acaban de encontrar una respuesta, muchos quisiéramos que se invirtiera más en educación y menos en cárceles, que todo lo que se habla no quedara en palabras, que la educación recuperara el ejercicio formativo perdido y que no se mantenga a espaldas de la realidad, porque lo que estamos construyendo es un país sin futuro, ya que nuestro futuro depende del tratamiento que hagamos del presente, algo que hoy se nos dificulta con los carteles perversos.

Julio Roberto Magaña
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Recolección legal

El reportaje “La extorsión nuestra de cada día” del periodista Moisés Alvarado nos desnuda la realidad vigente que agobia a todos, desde un humilde vendedor de colonia hasta algunas grandes empresas, aunque no todas las compañías son extorsionadas debido a que trabajan con empresas subcontratadas. Son estas últimas las que asumen el cobro para lograr trabajar. El resto de trabajadores de esas empresas somos blanco de persecución como si fuéramos los dueños. Desde el inicio de este mal hay involucramiento en toda forma, y en parte son las mismas empresas las que, debido al recorte de prestaciones, generan descontento entre sus empleados.

Entre estos y algunos de los despedidos se prestan para brindar información que evita el ingreso de equis empresa a un sector definido. Hay un punto en el cual no realizan control, como son las transferencias electrónicas telefónicas, es de revisar los depósitos, hacia dónde están dirigidos y que lograrán controlar este tipo de recolección legal. Otro detalle es que los procesados son los recolectores para mientras el director intelectual es capturado. Así como en el sistema bancario quedan registrados los datos del emisor y receptor, eso mismo debe de hacerse en las transferencias telefónicas para evitar envíos de dinero mal habido de las extorsiones. No estoy en contra de alguna empresa que brinda ese servicio, sino de la forma de control que realizan, todo para evitar que se utilice para fines no legales.

Rutilio López Cortez
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Crisis de liderazgo

Me gustaría reflexionar sobre el artículo de Leda Romero publicado en 7S el domingo pasado, en el que aborda el tema de que nuestro país está dividido en dos fuerzas que no ofrecen respuestas convincentes a los problemas del país. Al respecto quisiera agregar que la polarización de la sociedad es el principal motivo por el que no se avanza en el deseo de la población por alcanzar un presente y futuro mejor para el país. Es claro que hay desconfianza entre unos y otros, y que ninguno quiere pagar el costo político del sacrificio que supone un acuerdo entre las partes. Piensan que si apoyan lo que propuso el otro, aunque sea para bien del país, servirá para oxigenarlo de cara a la próxima contienda electoral.

Miguel Martínez
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